Historia: Alfa Romeo en los rallyes (y 2): 1980 



Por Josep Autet.

Sin rallyes que querer abordar oficialmente como marca pero con una base técnica que, aunque sobrepasada por la competencia, no era en absoluto inadecuada, la red de concesionarios y los importadores no cesaban de insistir a la marca por qué no entraba seriamente en los rallyes, especialidad que a finales de los 70 contaba con gran popularidad. Todo eso hizo posible que en 1978 fueran desempolvados los Alfetta GT de 4 cilindros y 2 válvulas, ahora GTV con 1.985cc y algo más de 200 CV. Al frente del programa, gestionado por la Jolly Club, se situó este activador de ilusiones llamado Mauro Pregliasco, piloto que venía de dos años compitiendo en Italia con Lancia Stratos, vehículo con el que logró el título de 1977.

El milanés asumió el rol de líder y recolectó victorias y podios que a final del año 1978 le daban el subcampeonato italiano y la victoria en grupo 2. Pregliasco era alguien muy apreciado y a la vez un hombre tenaz que, además, logró el 5º puesto y 1º de grupo 2 en el Sanremo de ese año, lo que le catapultó al frente del programa que la marca vio factible preparar con el futuro Alfetta Turbodelta.

Mauro Pregliasco-Vittorio Reisoli se alinearon en el Campeonato de Europa de 1979 con el Alfetta GTV 2.0 y la intención de debutar cuando fuera posible con el Alfetta Turbodelta. El programa arrancó como era lógico en el Rally Costa Brava, logrando un magnífico 2º puesto y 1º de grupo 2, tras Zanini-Petisco (Fiat 131 Abarth). El comienzo no podía ser mejor. Otros resultados de esa temporada de 1979 fueron 2º en Halkidikis, 3º en Costa Smeralda y la Isola dell'Elba y 4º en la Targa Florio, terminando en 4º lugar el Campeonato de Europa.

Pregliasco y el Alfetta no lograban rivalizar contra los dos grandes de aquel año: Jochi Kleint (Opel Ascona) y Antonio Zanini (Fiat 131), pero sí amarraron resultados a su estela que mantenían viva la llama, esperando la llegada del Turbodelta, acontecimiento que en medio del programa de pruebas llegó en el Giro d’Italia de ese mismo 1979. Era un test en carrera y el resultado posiblemente lo de menos, pero Pregliasco-Brambilla-Reisoli consiguieron finalizar.

Segundo debut Alfetta en el Rally Costa Brava
Homologado el 1 de febrero de 1980, la famosa prueba española del europeo de 1980 significó el gran debut del Alfa Romeo Alfetta Turbodelta de grupo 4, equipado por fin de un propulsor potente, un 4 cilindros en línea turbo de 2.0 litros y cerca de 300 CV. Mauro Pregliasco y Maurizio Verini fueron sus pilotos y ambos terminaron, con el primero de ellos en 3ª posición, tras Zanini y Bagratión y por delante de Airikkala. Fue un gran debut, muy distinto al de cinco años antes del Alfetta GT, pero el coche mostraba síntomas de fragilidad y a lo largo del año las retiradas fueron numerosas.

La primera victoria estuvo a punto de llegar en la Targa Florio siciliana, Pregliasco iba líder pero se despistó al encontrar parado al Fiat de Vudafieri y se salió de la pista. Afortunadamente el otro Turbodelta de Verini acabó 3º, dúo que finalizó 4º en la Costa Smeralda y en San Martino di Castrozza. La temporada fue transcurriendo y Pregliasco venció el rally del Danubio rumano después de haber acabado anteriormente 7º en el 4 Regioni. Por su parte, Verini acabó 5º en Yprés, 2º en Madeira y 3º en San Marino pero los dos siguientes podios (y últimos) del Alfetta se consiguieron a final de año y en España, al finalizar Mauro Pregliasco 2º tanto en el RACE malagueño como en el Catalunya tarraconense, en ambos tras Zanini y su Porsche 911. Al final de la campaña, Pregliasco acaba 5º del europeo y Verini 13º.

En la última carrera del año, el Rally Autodromo di Monza, llegó el canto del cisne para el programa, Pregliasco rompe el motor cuando lo lidera y Verini se sale cuanto también era primero. Alfa Romeo canceló todo futuro y ahí finalizó el camino de la marca italiana en los rallyes. La excesiva fragilidad del Alfetta Turbodelta pudo con los proyectos y esperanzas puestas en él. Este coche pasará a la historia como el “pájaro salvaje” por los espectaculares silbidos de su voluminoso turbo KKK en los tramos, algo que con seguridad recordarán los aficionados.

Llegarían años después los Alfetta GTV6 2.5, con motor atmosférico y 240 CV, que principalmente en manos de Yves Loubet y Gema Racing lograron resultados destacables, tanto en grupo A como en grupo N, pero ya sin pretensiones de ganar rallyes de gran categoría.

Josep Autet
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