Competición vivida: Clàssic dels Volcans 2023 



Por Antonio Arderiu.

¿Vds. saben dónde está Llaers? Bueno, pues yo tampoco porque pasé de noche… pero debe estar en la quinta porra y muy arriba porque tenía hielo en el camino, casi, casi, como el Monte-Carlo pasado. Era uno de los tramos divertidos del rally ‘Clàssic dels Volcans’ 2023.

Para emociones fuertes, entre los rallyes de regularidad a carretera abierta, este rally ‘Clàssic dels Volcans’, organizado por Cerdanya Racing bajo la dirección técnica de V-Line, lo que es siempre garantía de buen hacer. Participamos en el mismo con el Zastava 101, conocido también como “el container del vidrio”, por su forma y color. Anteriormente, solo lo habíamos sacado en el Winter Rally del Automòbil Club d’Andorra.

Al coche, Luis le había hecho algunos “arreglillos” para hacer de él un coche resistente para pruebas duras, por lo que nos fue muy bien tenerlo para el Volcans. Porque duro, lo que se dice duro, lo fue un rato largo, sobre todo por la noche, pues durante el día fue un encantamiento para disimular. También pudimos probar una chaqueta PYKRS en profundidad,  pues hacía un frio que pelaba. El resultado, altamente satisfactorio: no estoy resfriado.

Salimos de Olot con un frío casi siberiano. Y eso que era cerca de las doce del mediodía. Primer tramo, ‘Santigosa’. Bien, seco, y adecuado para irse haciendo al coche, donde  advertimos la necesidad imperiosa de una barra estabilizadora, porque en los descensos, era cabezón. Total: 20 puntos y el 33º de la general.

Un corto paseo nos llevó al segundo del día, ‘Gombreny-Frontanyà’, que era uno de los más largos, con el Coll de la Merolla en medio y el camino rural hasta Sant Jaume de Frontanyà. Hasta cerca de La Pobla de Lillet, mucho tráfico en ambos sentidos por lo que, aunque la media no era muy difícil, tenías 365 curvas delicadas. Luego el camino rural fue más tranquilo, encontrando coches de cazadores que muy gentilmente nos dejaban pasar, al contrario de las “marujas boletaires” del Coll.

Puntos acumulados: 52 y subir un puesto en la clasificación. Otro rápido y corto paseo hasta ‘Borredà-Alpens’ que, en mis épocas del Biela, era tramo casi obligado. Perfecto el tramo, con buen asfalto, seco y sin frío. Lo malo es que acababa pasado Alpens y, por costumbre, me olvide de la regularidad al entrar en el pueblo, por lo que Luis me tuvo que llamar la atención.

De todas formas conseguimos subir dos puestos y situarnos en un acumulado de 91 puntos. Acabado este tramo nos enfrentamos al siguiente, que no era otro que ‘La Trona’, pero de bajada. Tramo seco pero con bastante tráfico en contra, entre ellos el de una colección de Subaru que subían a toda máquina. En medio del tramo se nos aparece un camión con ganado que ocupaba toda la calzada. Y como la Ley de Murphy se cumple inexorablemente, ocurre en lo más difícil del tramo, las curvas antes del llano. Además, el sujeto no se apartaba ni que le tocases la bocina.

Fuimos acumulando retrasos y malos olores, hasta que en la penúltima paella intentamos hacerle un interior que nos cortó deliberadamente. Un piadoso recuerdo para la mamá del conductor y esperar a la zona umbría, donde hay unas curvas enlazadas en las que, jugándonos el bigote, lo pudimos adelantar, para intentar la remontada, bajando el trozo del altiplano y las ultimas paellas, las enlazadas, a todo lo que daba el Zastava y volviendo a la luz azul en la última curva, antes de fin de tramo. Caída hasta el 36 y puntos 214 ya.

Un cómodo paseo nos llevo al ‘Coll de Bracons’, otro clásico que incluía el tramo de Sant Andreu de la Vola, siempre húmedo y muy revirado. Nos fue bastante bien pues no tuvimos incidencias importantes que recordar, salvo algún coche de cazadores que, obviamente, se presentaba siempre en la curva más cerrada. Recuperamos dos puestos y acabamos con 249  puntos antes de acometer el último de la mañana, que estaba muy cerca.

Este era un tramo que yo, personalmente, encontré insulso y con poca gracia. Consistía en un recorrido turístico por todos aquellos núcleos alrededor de Olot (Joanetes, El Mallol, Veïnat Nou, La Pinya, etc.), cuya única utilidad, entiendo, debe ser la de promocionar las bellezas de la zona, ya que desde el punto de vista automovilístico deportivo no le vi razón alguna, como no fuera provocar el enloquecimiento del copi con tanto cruce. Otro puesto recuperado y un acumulado de 274 puntos. Llegados al Control Horario de Olot, todo bien, con tiempo para repostar y tomar un café y galletas y comprobar que estábamos situados, si mal no recuerdo, los 35 de la general. En ‘La Trona’ habíamos recopilado un saco de puntos, más de 100.

¡¡Y empieza la juerga!! Salimos de Olot para enfrentarnos al primer tramo cuando ya empezaba a oscurecer. El tramo, sobre el papel, parecía sencillo: ¡¡craso error!! Era corto pero con cambios de asfalto constantes, desde el más bueno al inexistente, agujeros o badenes en la calzada (por llamarle de alguna manera), continuos cambios de media e infinidad de cruces ratoneros por granjas y naves industriales. Además, cuando llegabas, había una rotonda donde nos cruzamos con algunos participantes de los números bajos que sembraron la duda, por si íbamos en el camino correcto. Un absoluto desastre. El hecho de que no fuimos los únicos no es consuelo, que yo personalmente tampoco atribuyo a errores del road book sino a pura patosidad de quien les escribe, ¡cosas de los rallyes! Otro saco, 220 puntos y a por el siguiente, con cinco puestos perdidos y un acumulado de 487 puntos.

Y el siguiente no era otro que ‘Can Banal’, también en camino rural pero mejor que el anterior, que negociamos aun con un poco de luz de día. Nos fue bastante bien, con poco tráfico y seco. Acabamos en el lugar 34, con un acumulado de 498 puntos. Es decir, pocos pero no los suficientes para compensar los anteriores sumados en ‘Pla de Politger-La Calç’.

De allí a ‘Capsacosta’ versión larga, uno de los tradicionales de todo tipo de rallyes. Asfalto seco, poco tráfico y más habituado al vehículo siendo, además, un tramo que poco o mucho recuerdas. Recuperamos un lugar y nos situamos con 550 pts. acumulados. Empezaba entonces el verdadero rally.

Ya de negra noche, nos lanzamos a por el tramo de Ogassa, que era ‘Burgarés-Surroca’, uno de los serios. Y al decir serios me refiero revirado, con una carretera hormigonada que, en muchos lugares, estaba rota, y una plataforma donde a duras penas cabía el vehículo, con unas cunetas donde el coche se perdía, cambios de media continuos, un largo tramo a 30 por hora atravesando un núcleo urbano con cruces perdedores, en fin, una delicia. Con tanto bache vimos que nos harían falta en la próxima especial unos tirantes para sujetar los faros de largo alcance, pues acabamos el tramo viendo “pampallugues” de tanta vibración. Recuperamos otro lugar y nos colocamos en 573 puntos, lo que, con el tramito de marras, no está nada mal para el Zastava.

Vino entonces el que, para nosotros fue EL TRAMO por las desgracias sobrevenidas. El de ‘Les Llances-Llaers’, más propio de un rally africano y que la organización, en una muestra de sadismo, trufó con cambios de media continuos. Salimos bien pero, en un lugar que no se veía casi nada, nos (me) equivocamos y nos metimos en una casa particular. No podíamos dar la vuelta y, en marcha atrás y sin luces de ídem, perdimos mucho tiempo. Empezamos entonces una recuperación a todo trapo, por la carretera (por llamarle de alguna manera) más difícil de todo el rally, a tumba abierta y adelantando a dos participantes más prudentes que nosotros.

Para colmo, cuando alcanzamos la cima de un ‘Col’ que no sé cuál debía ser, vimos un brillo sospechoso en la calzada, que una derrapada en la primera curva nos confirmó era hielo. Y, si la carretera brilla, ¡¡zapatilla!! Seguimos con la recuperación y alcanzamos la luz azul casi al final. Pero, como lo que no puede ser, no puede ser y, además, es imposible… más de 600 puntos, caer dos puestos y acumular 1.204 pts. de nada.

Del condenado Llaers al último del día, ‘Vidrà’. El más largo del rally. Tramo “técnico” que es un eufemismo para indicar que es un tramo cabrón, cabrón. 33 km muy revirados y con todo tipo de fauna en la calzada: caballos, vacas, etc. que te aparecen fantasmagóricamente frente a las luces del coche, un trozo que en el road book ponía asfalto roto y no es que fuera roto, es que no era asfalto, eran agujeros donde cabía todo el vehículo, etc. etc. Solo le faltó nieve para completar el cuadro. Además, cuando llegas arriba del puerto ves las luces de Olot relativamente cerca y piensas que ya se acaba. Pues no, queda el peor trozo de descenso que os podáis imaginar y, para colmo, el tour turístico por La Pinya, Ridaura, Veïnat Nou, etc. etc. donde, si ya estás un poco grogui con tanta curva y bache, terminas por enloquecer físicamente soltando espumarajos y maldiciendo cada cruce. Todo y ello no lo debimos hacer tan mal porque recuperamos tres puestos y acabamos con 1.261 puntos acumulados, siendo los 13 de la clase C que, obviamente, era la que más participantes tenía y que suena mejor que el 33 de la general.

En definitiva, otro buen rally, muy divertido, merced, precisamente, a sus dificultades, bien organizado y bien pensado. Y, además, con muchos puntos en juego, lo que permite recuperar y que es como yo sostengo que deben ser los rallyes de regularidad. El Zastava se portó como un jabato, pese a lo escaso que es… y a esperar el próximo, si Dios quiere.

© Antonio Arderiu Freixa 
Escaldes-Engordany, 23 de diciembre 2023
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