Fue uno de los pilotos asturianos más conocidos de los 80 y 90, con sus notables monturas decoradas con la famosa sidra El Gaitero. Pese a tener un historial extensísimo, especialmente en rallyes del norte, este gijonés de 78 años (16-10-1940) sigue en la pomada con el Lancia Rally 037 que condujo entre 1983 y 1989, aunque en realidad no ha dejado de correr nunca.
Cardín no había corrido nunca en rallyes catalanes y en el Rally Moritz Costa Brava presentó un auténtico Lancia Rally 037, coche que según su orgulloso piloto “es el más original que se ha visto en esta prueba. Es el chasis 145, que compré directamente a Abarth, coche que en realidad no había sido construido por completo, por lo que la historia que tiene es exclusivamente la mía. Lo compré como Evolución 1, con el paragolpes trasero por debajo de las ópticas. El caso es que en el primer rally que corrí con el, el Shalymar 1983, vi claro que aquello no tenía nada que ver con lo que había llevado hasta ese momento y cuando empecé a ir más rápido me salí de pista y di varias vueltas de campana. Me lesioné tres vértebras y estuve bastante tiempo fuera de juego”.
Podría parecer que la historia acababa aquí, pero por fortuna los desperfectos tanto físicos como del auto tuvieron arreglo: “Envié el coche a Italia para reconstruirlo. Era 1984 y entonces Abarth me lo pasó a Evolución 2, con la mejoras de motor correspondientes y ya sin el paragolpes, que era un elemento que en los rallies de tierra se llenaba de grava y piedras”.
“Mi 037 siempre ha tenido inyección y daba más de 300 CV”, prosigue el asturiano. “Teóricamente debería haber tenido 330, porque legalmente no podían tener más, pero saberlo con exactitud es difícil. Ni tan siquiera sé cuántos tiene ahora. El tema de la potencia en los coches de esa época siempre fue variando. En un RallyLegend, hablando con Massimo Biasion, me explicó que el Deltona que trajo al evento declaraba 550 CV. Le había hecho algunas modificaciones, cambiado el turbo de sitio poniéndolo delante del radiador, mejoró la refrigeración por agua del turbo y con ello acabó declarando esa cifra de potencia”.
En cuanto al propio Rally Moritz Costa Brava, Cardín se mostraba sorprendido: “Todos los tramos son muy revirados, más de lo que imaginaba. En Asturias tenemos fama de tener tramos retorcidos, pero el Costa Brava se lleva la palma. En algún momento llegué a preguntarle a mi hija, mi copiloto habitual últimamente, que si faltaba mucho. En todo caso nos lo pasamos muy bien y yo continúo disfrutando al conducir ese coche”. En este punto, preguntamos a su hija Ángela cómo es Bernardo como piloto: “Es bueno, siempre está haciendo chistes y bromas”, concluyendo el propio Bernardo: “En serio, tienes que conocer bien esta zona para ir rápido. En cuanto al resto de aspectos estuvimos muy cómodos y nos trataron muy bien; si tenemos la oportunidad, volveremos”.
Abel Cruz
