La manga española del mundial de rallyes, el 55 RallyRACC, finalizó con la 7ª posición final en WRC2 del binomio José Antonio Suárez-Alberto Iglesias, a bordo de uno de los Škoda Fabia R5 de Calm Competició. Tras prácticamente tres años sin competir sobre tierra, el piloto asturiano evidenció su remarcable calidad al volante, en un rally en el que fue a más en cada tramo hasta el punto que cuando llegó el terreno más favorable, el asfalto, sólo se cedía del orden de 3 a 5 décimas de segundo por kilómetro respecto al piloto más rápido.
Sin problemas ni errores de ningún tipo, sólo pilotando bien y con mucha cabeza, esta 7ª plaza final en WRC2 cabe considerarla como magnífica. Un repaso a la clasificación final deja ver que ‘Cohete’ fue superado en 1”4 por el italiano Fabio Andolfi y en 12”1 por el francés Pierre-Louis Loubet (actual líder del mundial WRC2), ambos con versiones evolucionadas del Fabia, lo que no deja ser una diferencia ínfima en un rally que tuvo 325 km cronometrados.
Josep Calm: “Si bien todos esperábamos acabar en alguna de las cinco primeras posiciones, el resultado no puede considerarse de otra forma que positivo. En la tierra costó tener el ritmo ideal y José Antonio acusó la falta de rodaje sobre este elemento, pero en asfalto le fue cogiendo el aire y sus tiempos eran muy buenos, teniendo en cuenta que se batía contra la flor y nada del Campeonato del Mundo de la categoría, con un nivel altísimo”.
“A fin de cuentas lo más importante ha sido poder luchar en el mundial y comprobar cómo se funciona allí. Me gustó mucho como reaccionó José Antonio durante toda la carrera, cuando los tiempos no eran todo lo buenos que cabría esperar en la tierra, asumió su desventaja sin quejarse y esforzándose en pulir su pilotaje y superarse a sí mismo, me gustó mucho su mentalidad. Esa experiencia es el mejor pasaporte al futuro, nos encantaría poder dar continuidad a lo que hemos iniciado juntos entre el Princesa de Asturias y este Catalunya del mundial”.