Opinión: Soledad y redes sociales 



Por Josep Autet. El pasado sábado 7 de diciembre murió Francisco Josa Patermann, Paco Josa, persona que pasará a la historia por ser el primer ganador de la que fue muy popular Fórmula Nacional 1430. Josa ganó el primer campeonato, en 1971, e incluso la primera prueba puntuable para esa edición de estreno, disputada en el Jarama. El obituario que hemos elaborado en JAS Info Service creo que hace justicia a su breve pero intenso palmarés. Si podéis leedlo, por favor.

No conocía personalmente a Paco Josa y diría que ni tan siquiera le había visto correr. Cuando él estaba en su punto álgido yo me acercaba a una adolescencia que a principios de los años 70 no te permitía mucho más que devorar las pocas revistas a tu alcance y seguir las carreras cercanas a las que podías desplazarte. Con todo, y como aficionado, Josa y los Selex han permanecido en mi memoria siempre.

Hace unos años busqué el teléfono de Paco Josa para que Juan Zorzo, creador del proyecto Autocom F-1438 que iba a realizar réplicas de bajo coste de aquellos monoplazas pioneros, se pusiera en contacto con él. Ignoro si finalmente Juan le llamó, yo diría que sí, lo triste del caso es que ninguno de ambos está vivo para contarlo.

Escribo estas líneas porque, por alguna razón, Francisco Josa Patermann me envió, a las 21:23 horas del pasado viernes 6 de diciembre, una solicitud de amistad por facebook. A la mañana siguiente era encontrado muerto en su apartamento del Empordà. Cuando un amigo me comunicó tan dramática noticia a media tarde del sábado día 7, me quedé triste y me invadió una sensación que no puedo descifrar exactamente, pero que se asemeja mucho a un profundo vacío interior.

¿Qué le ocurrió a Paco Josa esa noche? O mejor, ¿cómo estaba esos días Paco Josa? ¿Por qué me envió una solicitud de amistad por internet a esas horas? Es lógico pensar que yo fui uno más en las solicitudes que debió realizar aquella noche, un simple click y ya está, pero ¿por qué los envió poco antes de morir? No quiero llegar a ningún lugar, para nada, cosas de la vida y de las personas pero el vacío que experimenté con la constatación de su muerte horas después de recibir un mensaje suyo, me hizo pensar bastante.

Paco Josa Patermann inició su camino virtual en facebook el 3 de mayo de 2018. Repasando la trayectoria que trazó en dicha red, la mayor parte de sus publicaciones tienen que ver con su pasado deportivo y también familiar, recuerdos que todos los entrados en años tenemos muy vivos y que nos gusta compartir, por lo que su actitud es la normal que todos podamos tener. Podría ser que Paco Josa pasara por problemas personales de alguna índole, no soy nadie para opinar ni tan sólo hablar sobre lo poco que se al respecto, pero se me antoja que algo de soledad pululaba en su vida, eso es lo que detecto en algunos comentarios de sus publicaciones y por el envío al que antes me refería.

Y esa es la esencia misma de las redes, tienen entre otras razones de ser la virtud de poner en contacto virtualmente a personas con un pasado común o que sin haberlo tenido posean intereses personales que les relacione. Redes en todo caso que cuando más las necesitas no están ahí para socorrer cual teléfono de la esperanza, sino para demostrarte a ti mismo que los “amigos” localizados con el click del ordenador o del teléfono para nada garantizan el calor humano cuando más lo necesitas sin que ellos, los amigos, tengan lógicamente la más mínima culpa de ello. Sencillamente, no hay nada como una llamada, un abrazo, una sonrisa o un encaje de manos, porque el emoticono o el dibujito animado sirven para distraer, pero no para reconfortar.

No puedo contestar la solicitud de amistad de Paco Josa, sería muy absurdo hacerlo ahora cuando ya no vive para verlo. Nuestra amistad nunca llegará a ser ni virtual y eso me apena, al contrario que ocurre con una buena parte de los amigos con que contamos en esta potente red social que es facebook, que reparte frases y fotos pero que también ignora a partes iguales. Lógico, es tecnología gestionada por algoritmos. Todo eso me hace llegar a la conclusión que todos sabemos, que la virtualidad es todo un logro, pero que la presencia física o al menos auditiva es insustituible y que posiblemente en este caso el contacto humano, de alguien, hubiera podido posponer el momento del adiós. Descansa en paz Francisco Josa Patermann. Siempre serás un campeón.

@ Josep Autet
8 diciembre de 2019

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