Por Raymond Blancafort.
20 de julio de 2019, Circuit de Barcelona-Catalunya.
Tras los ensayos libres de la carrera de las European Le Mans Series que se disputaron en el Circuit el pasado sábado, me acerque al box de Inter Europol Competition para charlar con Dani Clos, que me explicase las sensaciones, la razón de la mejora del equipo con respecto a otras ocasiones, etc. etc. Y también el susto que se llevó en Paul Ricard cuando en plena recta de Signes, a más de 300 km/h, ‘le adelantó’ el capó trasero de su coche.
Pero al entrar en el box del equipo me encontré con un viejo, viejísimo, conocido: Fidel Serra. Conocí a Fidel en los 70. Él era uno de los mejores mecánicos de Movi, de esos que aplicaban iniciativa e inventiva, que con “fil ferro” (alambre) y cinta americana apedazaban suficientemente un coche para poder continuar en carrera. Pero que también controlaba el ‘trabajo fino’ que debe hacerse en un taller.
Lo conocía porque Simón Molist (patrón de Movi) era uno de los mejores preparadores entonces en la Ciudad Condal. Sus Mini –el de José Mª Juncadella, que después llevó también su hermano Javier– eran impresionantes, venían directamente de Broadspeed Engineering, el preparador británico de referencia en aquella época.
Era tan bueno Simón que en los primeros Grandes Premios de Barcelona de F-3 y de F-2 eran muchos los equipos que pasaban la noche en su taller para arreglar todo tipo de desperfectos. Y en un par de ocasiones, eso lo hizo el mismísimo Team Lotus de F1.
Frecuenté su taller más adelante porque Movi era uno de los referentes en la preparación de los motores de F-1430 y F-1800. Oírlos rugir en el banco de pruebas era para nosotros mágico, alquimia pura. Y a Fidel le tocaba de cerca especialmente todo lo de competición. Siempre recuerda el día que estando en el banco de motores estalló la transmisión y diversas piezas rotas le pasaron rozando: “está claro, aquel día no tocaba”.
Pero intimé sobre todo cuando comenzó a preparar los coches de Pedro Bonet, de su hermano Daldo –con ambos corrí de copiloto y con Pedro gané mi único rally, el Rally de Invierno de 1975–, Bilo Oliveras, Pepa Ruedas, etc. etc. Eran magníficos Seat 1430-1800, tanto de grupo 2 como de serie. Con ellos hice varios rallies llevando el tema de la asistencia…. incluido el RAC de Gran Bretaña que Pedro fue el primero de todos ellos en acabar, en 1977.
Fidel era uno de los mecánicos que debían fiarse de mí para que les indicase donde debían ir y como debían ir… y donde tenían sitio para dormir… si quedaba tiempo.
Aquel precioso Ford Escort MkI de Pedro se montó íntegramente en Movi a partir de una carrocería comprada en España, de segunda mano. Fidel fue el encargado a partir de piezas que venían de Gran Bretaña, de diversas procedencias; el diferencial, por ejemplo, era de una furgoneta y llegó cortado a medida, pero debían hacerse los anclajes; el motor vino de Inglaterra, era un motor hecho por el mismísimo Brian Hart. Pasaba más horas en el taller viendo como lo hacían que en asistir a la ETSIIB, es decir, la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Barcelona, que es donde estudiaba.
Fidel recuerda que, tres años después, Pedro decidió cambiar a un Escort MkII y por premura de tiempo “el 5 de enero, el día antes de Reyes, tuve que ir a Inglaterra a montarlo para que estuviera a punto para el Costa Brava. Me dejaron una nave que pertenecía a Lotus. El coche de Ronnie Peterson lo tenía al lado… y en algún momento también les ayudé con él”.
Movi cerró pero antes Fidel ya había creado con dos socios Tram, un taller especializado en preparación y asistencia ubicado en Mollet del Vallès. Luego, Fidel Serra siguió trabajando en el mundo de la automoción en diversos concesionarios y fue profesor de mecánica de competición, llegando a fundar su propia academia, Racing Tech.
Fidel no estaba en el Circuit por casualidad. Roberto Hernández, el ingeniero del coche de Dani, fue uno de sus alumnos: “si estoy en el equipo es por él”, me explicó Clos. Roberto comenzó en esto de las carreras porque su padre tenia un taller y le estimuló con un kart para que sacara buenas notas.
Otros mecánicos del equipo también han sido alumnos de Fidel. Conforme uno va viendo carreras se da cuenta que están ‘infectadas’ de mecánicos e ingenieros españoles.
¡Qué pequeño es el mundo!
Raymond Blancafort