Por Josep Autet.
El pasado domingo 7 de junio, La Vanguardia publicó una interesante entrevista de Dolors Álvarez con el expresidente de Nissan en España, Juan Echevarría, al hilo del cierre de las operaciones industriales de la compañía en Cataluña, tras alrededor de 40 años de presencia en la comunidad. Por mi parte no son momentos ni de crítica ni de lamento sobre este asunto, la decisión ya está tomada y no sólo miles de personas se irán a la calle, directa o indirectamente, sino que el tejido industrial del país recibirá una nueva muesca en su paulatina dieta de adelgazamiento.
Juan Echevarría, que ya venía de la antigua Motor Ibérica y que con la llegada de la corporación japonesa se situó al frente de la nueva Nissan-Motor Ibérica, conoce como muy pocas personas todo lo que se tuvo que salvar aquellos años para que se pudiera cerrar la venta de las acciones de Massey-Ferguson a Nissan y que los japoneses pudieran ir poco a poco afianzando su inversión hasta convertirse en socios mayoritarios en 1982 y en propietarios absolutos media docena de años más tarde.
Les costó a las gentes habituadas a fabricar las furgonetas y tractores Ebro aplicar un sistema de trabajo radicalmente distinto procedente de oriente y a entender que aquellos recién llegados se irían convirtiendo, poco a poco pero inexorablemente, en los nuevos propietarios. Y mucho les costó también a los orientales darle la vuelta a la situación, lo consiguieron al ritmo de los yens y de crear en nuestro país una primicia europea que con el tiempo se haría masiva en todo el continente: la llegada de los japoneses, con todo lo que ello representaba.
Pero mi intención no es dar pinceladas de historia ni mucho menos de economía industrial, lo que me ocurre es que la situación de Nissan no deja de producirme cierta tristeza debido a la colaboración que mantuve con la marca en la época de los Patrol en competición. Por eso no puedo dejar de seguir las noticias que se producen en torno a este triste final de la fábrica de Zona Franca y todo lo relacionado con ella. En otro artículo hablaré de las carreras de los Patrol.
Lo que me motiva en esta ocasión es destacar dos aspectos que me llaman la atención en la mencionada entrevista. En primer lugar el señor Echevarría alude a la gran importancia de las relaciones personales en el mundo de los negocios (y me atrevería a decir que en todo). Que él, con la complicidad de Felipe González y también de Jordi Pujol, lograra que la balanza de la decisión se inclinara del lado español en unos momentos de cambio político en el país, habla por sí sólo. Descuidar la relación directa con la central de Nissan en Japón, e incluso con el propio gobierno japonés es, en opinión de Echevarría, una de las causas principales de esta huida sin vuelta atrás de Nissan.
Me queda bien claro que en momentos de incertidumbre y tomas de decisión saber estar en el lugar y con las personas idóneas es clave. Obviamente lo que sucede ahora no es algo ni casual ni repentino, sino larvado desde hace años. Los sindicatos se quejan abiertamente del poco interés que la planta barcelonesa parecía tener en Nissan y ahí posiblemente está la clave. Este es el segundo punto que destaco de las palabras de Juan Echevarría, citas a las que hay que hacer mucho caso: La central europea de Nissan no tiene ningún aprecio por la planta española y en cambio sí por la británica, no es para nada casual que incluso con un Brexit inminente la factoría de Sunderland no sólo sobreviva sino que reciba abundantes inversiones.
La falta de contacto con los verdaderos dueños japoneses y la dependencia exclusiva de Nissan Europa ha sentenciado a la planta barcelonesa, que no ha visto ni inversiones, ni la fabricación de productos importantes hasta que la propia central europea de la marca cataloga abiertamente a la planta española como no rentable. Para mi tiene mucha razón Juan Echevarría en sus apreciaciones, conocimiento del asunto no le falta como es obvio, aún cuando los tiempos ya no son los que él vivió hace un par o más décadas, y Nissan ha dejado de ser una potencia como lo era cuando se logró hacer viajar a Barcelona a los príncipes herederos de Japón.
Este mismo martes día 9 de junio, Dolors Álvarez, excelente periodista, entrevistaba en La Vanguardia a la otra parte del asunto, Gianluca De Ficchy, presidente de Nissan Europa, que con rotundidad afirmaba la no viabilidad de Zona Franca y que el cierre era una decisión del grupo, no europea, sin duda para contrarrestar lo que dos días antes había dicho Juan Echevarría.
En todo caso la centenaria Motor Ibérica no ha podido celebrar el aniversario como hubiera merecido, a cambio las protestas de los afectados se han expandido por Barcelona, el humo de los neumáticos ardiendo ha perfumado Zona Franca y los concesionarios han sufrido la ira de los trabajadores, nada de esto, ni tampoco las negociaciones desesperadas de políticos de uno y otro bando, podrán hacer repensar algo que ya está decidido y para lo que se ha llegado tarde: no hay futuro para Nissan en Cataluña.
Josep Autet
@ JAS Info Service