Por Rosa Tantiñà.
Ahora que el presente no es muy alentador en Can Barça y muchos se refugian en el pasado glorioso, los acérrimos de este Club recordarán unas espontáneas palabras con las que sentenció su presentación como azulgrana el camerunés Samuel Eto’o, en 2004: “Correré como un negro para vivir como un blanco”. Con o sin provocación, daba a entender que acababa de aterrizar un jugador totalmente diferente en el Camp Nou, con un talento copioso pero también con principios, y que sabiéndose un modelo supo encauzar muchas acciones solidarias… incluso a los mandos de un Ford GT ¡que anda si corría!
Durante el lustro que estuvo en el Club, Samuel lo ganó prácticamente todo y se convirtió en uno de los mejores delanteros de la historia barcelonista pre súper Messi: Levantó tres Ligas, dos Champions, una Copa del Rey y dos Supercopas de España, destacando el triplete del curso 2008/09 ya comandado por el maestro Pep Guardiola.
En la temporada 2005/06 fue pichichi de la Liga con 26 goles. En este contexto, y gracias también a su corazón humanitario unido a esa pasión por correr, Ford hizo alianza con el jugador e inició una de las campañas más bonitas que recuerdo de la marca y que nos tocó de lleno desarrollarla.
Os cuento: El 21 septiembre de 2006, Ford España y Samuel Eto’o anunciaban un acuerdo para formar equipo. Equipo… ¿para qué? Pues para encontrarse y dar visibilidad a un nexo común: Ayudar. Así nació la campaña “Comienza a jugar con Eto’o”, a través de la cual la marca cedería vehículos a la Fundación Privada que llevaba el nombre del futbolista, inicialmente para el transporte de niños-alumnos que se formaban en el futbol en Kribi, ciudad costera situada al sudoeste de Camerún. Estos jóvenes, de entre diez y trece años, compatibilizaban el deporte con sus estudios. Y para los que superaban con éxito la fase de aprendizaje, a partir de los quince comenzaba una labor de búsqueda de acceso a clubs europeos, incluido el propio Barça.
No obstante, la campaña no le iba a salir “gratuita” al jugador. Ford le lanzaba un reto: Se comprometía a entregar un coche para su Fundación por cada gol que marcara por encima del decimosexto en partido oficial (Liga y Champions) en el período comprendido entre aquel septiembre y finales de año.
Eto’o, acostumbrado a los grandes desafíos, ni titubeó ante la “oferta” de Ford y formalizó el tándem en beneficio de sus niños. Y siguiendo uno de los grandes pilares de la comunicación como es que lo que no se cuenta, no existe, todo empezó a fraguarse con el rodaje de un spot televisivo para Catalunya que ponía en un primer plano valores como la rapidez, potencia y agilidad de Eto’o asociados a la marca de coches, coincidiendo con el comienzo de la Liga y de la Champions League. Este spot, creado por Bassat Ogilvy y rodado en los Monegros durante ese verano, mostraba a Eto’o haciendo lo que mejor sabía hacer: perseguir un balón para meter más goles que nadie. La imagen enlazada de los dos líderes se hizo extensiva también en las ondas y en la prensa escrita.
Al ser una campaña global, contemplaba la visita del crack a los concesionarios Ford de la red catalana, con distintas acciones entre los clientes que se sumaran a ella, como la distribución de entradas para la Champions League dado que en aquel momento la marca del óvalo ya llevaba 15 temporadas siendo partner oficial del campeonato. Y, como no, había la gran expectativa creada de este ‘Reto Ford’ a partir del gol número 17.
Todo estaba más que a punto cuando la Ley de Murphy apareció. A la semana de haber hecho público el Reto, una fatídica lesión sufrida en el menisco del jugador camerunés en un partido de Champions frente al Werder Bremen, echaba al traste sus posibilidades para romper récords en el periodo marcado. Por eso, Ford tomaba la decisión de retrasar la apuesta hasta que él completara la baja médica, volviendo con un nuevo desafío a su regreso al terreno de juego y hasta finalizar la temporada 2006/2007. Ello le suponía a Samuel conseguir un Ford Fusion para su Fundación privada por cada dos goles que marcara en partidos oficiales de la Liga española.
La verdad es que el paso de la estrella blaugrana por los concesionarios Ford fue de los eventos más multitudinarios que recuerdo en cuanto a participación de medios de comunicación. Llamar y convocar a las televisiones y a las radios era una gozada, ya que el seguimiento a Eto’o era casi por ley mediática. Como gabinete de prensa disfrutamos mucho con esa oportunidad que nos ofrecía Ford, a pesar de los nervios que pasábamos ante cada visita del crack, controlando que nada fallara.
De todos estos eventos me quedo con dos muy significativos, tanto por lo bonito de organizarlos como de compartirlos.
El primero nos tocó de lleno al ser apasionados gestores de acciones relacionadas con el motor, además lo evolucionamos poniendo un caramelo gigante en la boca de una persona como Eto’o, gran aficionada a los deportivos: Condujo en exclusiva un rojo Ford GT a lo largo de los 55 kilómetros que unían la entonces concesión Ford Nicolás SA, en Vilafranca del Penedès, con su homóloga Tarraco Center, en Tarragona.
Eto’o se fundió rápido en el baquet del bello biplaza de más de 550 CV, copilotado por Félix Nicolás, propietario de ambas concesiones y a su vez del espectacular coche, llegando como un triunfador a la particular “meta” donde le esperaba una gran cantidad de público. A pesar de la gran figura que era, Samuel habló con todos los que se le acercaron y firmó una gran cantidad de posters que, a su vez, sacaron otra gran cantidad de sonrisas a niños y mayores.
El segundo evento tuvo menos revuelo mediático, pero fue también muy satisfactorio aprovechar con él la oportunidad de conocer deportistas que han escrito en oro su nombre en los anales de la historia de sus disciplinas. Este evento ocurría ya en mayo de 2007 con motivo del IX Campeonato Internacional de Pádel de Barcelona-Open Bonmont, que tenía a Ford como Coche Oficial. Gracias a ello, el famoso delantero del F.C. Barcelona conocería a las entonces Campeonas del Mundo de Pádel por Parejas, Carolina Navarro y Paula Eyheraguibel, y pudo practicar con ellas batiéndose con las raquetas. Le acompañaron la extenista Conchita Martínez, que por aquellas fechas ostentaba 33 títulos WTA y 3 ITF, y Gemma Mengual, gran figura nacional de la natación sincronizada, ambas personas a las que la prensa del corazón dedicaba espacio. Ello nos reportó un importante conocimiento sobre como actuaban nuestros compañeros de esos medios, un aprendizaje de lujo.
Esa temporada nos dio mucho juego… tanto como la campaña de Ford y Eto’o que de eso versaba y que bajo ese lema funcionó durante meses.
Nos movimos en otras esferas que las propias del motor y alcanzamos grandes hitos como comunicadores. Al igual que los barcelonistas que miran al pasado para apaciguar su actual sed de éxitos, nosotros hoy podemos hacer lo mismo y aunque en esa época la experiencia era trabajo, poco lo parecía.
Como tampoco Samuel Eto’o parecía ser un renombrado crack mundial con su humildad en el contacto con el gran público, con sólo 25 años. Teníamos ante nosotros a una persona que, futbolista de éxito o no, había recibido unos meses antes del “Premio por la Paz” de manos del ex-primer ministro israelí Shimon Peres, en reconocimiento por su lucha contra el racismo y sus acciones humanitarias en África. También a un Embajador de Buena Voluntad del Comité Español de UNICEF, centrando su trabajo en la prevención del VIH/SIDA especialmente entre los más jóvenes. Y a un “Padrino de Honor” de la Fundación Campaner, una ONG de lucha contra el noma infantil en el continente africano, ese ladrón de sonrisas que Eto’o compensaba con la suya en todos los eventos Ford que presidió.
Sólo ese pedacito de currículum social del fenomenal jugador ya indicaba su respeto y empatía con la gente, también con toda las personas que nosotros vimos acercarse y hablarle en esa etapa de colaboración con la marca automovilística; un respeto que siempre pidió para su entorno y sus principios. Quizás aquí, talento y estrellato a parte, radicó una de las claves del gran aprecio que se ganó de los barcelonistas mientras Eto’o estuvo en el Club incluso cuando, como león indomable, se hacía eco de opiniones personales no siempre políticamente correctas o que chirriaban a oídos de algunos. Y es que, ya se sabe: El que quiere una rosa debe respetar sus espinas.
Rosa Tantiñà
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