Durante la mañana del 30 de noviembre falleció uno de los pilotos más eclécticos y polivalentes de aquella generación que en los 60 y 70 hizo grande al automovilismo y al motociclismo del país: José María Palomo. Tras un largo período en un precario estado de salud, Palomo ha sucumbido al cáncer a los 74 años de edad.
José María Palomo Juez (Barcelona, 24-7-1946/30-11-2020) perteneció a esa brillante generación de deportistas del motor nacidos en Cataluña que despuntaron en los años 60, pilotos extraordinariamente completos y polivalentes que tanto valían para correr en moto como en coche, hacer esquí náutico, practicar motonáutica o bajar acoplado a un bob por un cañón alpino, un pluriempleo del que también hicieron gala otros famosos pilotos catalanes.
En los años 60 se desarrolló de modo importante el deporte motorizado en nuestro país. José María Palomo debutó en 1963 como copiloto y pocos años después compaginó motonáutica con motociclismo y automovilismo, alternando en especial estos dos últimos deportes. En sus inicios, en cuatro ruedas compitió en Montjuïc con monoplazas de Fórmula 3, mientras que en rallyes lo hizo con un Seat 850-E, en algunos a medias con Eugenio Baturone, al que acompañaría más adelante en el habitáculo del extraordinario Ferrari GTO. Con Geni estuvo en bobsleigh y como éste formó parte del Equipo Olímpico español que disputó las Olimpiadas de Invierno de Grenoble 1968, en el caso de Palomo haciendo equipo con José Manuel Pérez de Vega.
Como piloto de motos destacó en algunas carreras como oficial Ossa, principalmente en pruebas como las 24 horas de Montjuïc, que corrió seis veces (6º en 1974 con “Jean Claude” y una Japauto 1000), así como en las principales carreras en cuestas catalanas. Con Ossa fue subcampeón de España de Resistencia en 1967, aunque corrió en todas las cilindradas grandes y con motos de diversas marcas. Especialmente emocionante debió ser la carrera de Montjuïc de F-750 del 20 y 21 de septiembre de 1974. José María (Yamaha) logró el mejor tiempo en los entrenamientos y la carrera la ganó su hermano Víctor (Ducati), siendo José María 3º por detrás de Min Grau (Ducati), ambos hermanos subieron al podio.
Combinándolo todo un poco, Palomo no obstante se centró más en 1969 en la consecución del título español de rallyes, a los mandos de un valioso Porsche 911R alineado por la escudería del RACC gracias al empuje de su presidente, Salvador Fábregas, título que consiguió por 2 solitarios puntos frente a Lucas Sainz tras ganar en Orense, Rías Bajas y 2000 Virajes y terminar 2º en el Firestone y 3º en el Barcelona-Andorra.
Tras cesar la ayuda del RACC, Palomo lo intentó de nuevo al año siguiente. Empezó la temporada con dos grandes segundos puestos en el Costa Brava y el Fallas, pero terminó 5º en el Vasco-Navarro y allí vio claramente la fuerza y los medios con los que contaban los rivales de la Escudería Repsol y de Renault. Eso y la falta de ayudas le llevaron a vender el 911R a Estanislao Reverter y utilizar esporádicamente unidades Seat 1430-Juncosa de grupo 2 bajo los colores de Escudería Montjuich, coches que ya solo utilizaría para reaparecer esporádicamente. Entre tanto corrió los dos primeros campeonatos de la F-1430, terminando 4º en 1971.
Palomo prolongó su presencia en los rallyes muy a finales de los 70 y principios de los 80 con un Volkswagen Golf GTi de grupo 1, pero no para luchar por campeonatos sino para disfrutar poniendo en práctica su extraordinario golpe de volante, que demostró en diversos rallyes catalanes.
José María Palomo nació dos años antes que su hermano Víctor, famoso también por sus éxitos en esquí náutico (Campeón del Mundo de Slalom en 1969) y posteriormente en motociclismo (campeón FIM 750 en 1976), entre otros logros, otro extraordinario deportista fallecido en 1985 a los 36 años.
Descanse en paz José María Palomo, genuino representante de un automovilismo y un motociclismo de épocas de gloria.
©JAS Info Service
30 de noviembre de 2020
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