Por Josep Autet.
La desaparición el pasado 26 de febrero de Hannu Mikkola me ha llevado a consultar el palmarés de este mítico finlandés volador. Es apabullante comprobar el historial que ha dejado tras de sí Mikkola y completamente lógica la gran difusión que ha tenido su muerte en los medios de comunicación de todo el mundo. Ha sido habitual leer en todos los idiomas que había muerto un Campeón del Mundo, el primero con un Audi Quattro de grupo B. Y es bien cierto. Si bien la marca alemana había conseguido el título de marcas un año antes, fue en 1983 cuando Hannu Mikkola pudo desplegar toda su calidad hasta amarrar el título a final de temporada. Obviamente Mikkola, como también Blomqvist, Mouton y Röhrl forman parte de esta pléyade con los que la marca de los cuatro aros cambió para siempre el mundo de los rallyes.
Es en este punto donde tengo la primera coincidencia –si se me permite decirlo así– con este enorme piloto. Hace unas semanas publique un texto rememorando el título europeo de Zanini en el Rallye Algarve de 1980 y es precisamente en esa carrera donde vi correr por primera vez a Hannu Mikkola y Arne Hertz. Hacían de coche 0 “de carreras”, probando a ritmo de competición el nuevo Audi Quattro, todavía no homologado, coche que debutaría apenas un par de meses más tarde en el Rallye Monte-Carlo, como grupo 4, para ganar con este tándem en la siguiente prueba, el Rally Suecia. Ese ensayo general en el Algarve lo fue con todas las de la ley. A Mikkola-Hertz se les cronometraba y sus tiempos figuraban en las hojas de tiempos, al final de la lista.
Era alucinante el ritmo que llevaban con aquella máquina prodigiosa que Mikkola estaba colaborando a crear. Basta con decir que tras 7 horas de tramos cronometrados, el Audi Quattro le sacó al Ford Escort RS de Zanini-Oliveira, ganadores del rally, de la raya de media hora. Era un coche de otro nivel, claro, que introducía la tracción total y un tipo de mecánica sin comparación posible con lo que había en aquella época. Para un jovencito como lo era yo era también asombroso ver a todo un equipo del mundial desplegar su estructura únicamente para probar un coche y, también, comprobar aquellos tiempos simplemente increíbles sin que el paso del coche por la pista diera la sensación de que el piloto atacara a tope.
Mikkola fue el primero en ganar un rally y un título mundial con el Audi Quattro y también el primer campeón de la era del grupo B, grandes éxitos en su historial aunque para mí el nombre de Hannu Mikkola siempre estará ligado al del Ford Escort RS y en especial a la unidad azul decorada con “Eaton’s Yale lift trucks”. Aquellos triunfos del gran Mikkola, el RAC Rally entre ellos y justo en 1978, año en el que yo debuté en las carreras, es algo que siempre he recordado.
El siguiente “puesto de observación” de las hazañas de Mikkola-Hertz lo disfruté en el Welsh Rally de 1984. Esa carrera la disputé con Bilo Oliveras en un Escort RS 1800 de Jeff Churchill. Llevábamos el número 32. El coche se rompió, no acabamos, y como eso sucedió bastante pronto, fuimos a un par de asistencias para vivir el ambiente del rally. Aunque estaban Per Eklund, Jimmy McRae, Russell Brookes, Malcolm Wilson, Antero Laine y compañía, obviamente el equipo estrella era el que lideraba Hannu Mikkola, que corría con un Quattro A2 para el equipo Audi Sport UK. Me faltaban ojos para no perder detalle, ver delante de mi cómo actuaba el equipo de David Sutton y en especial el copiloto en la asistencia… tenía a la gente del mundial a un par de metros de mi, ¡impresionante! Comentar el espectáculo en el que estábamos metidos con Bilo fue también un gran aprendizaje. Cosas que no se olvidan.
El tercer y último punto de encuentro con el gran Mikkola lo viví en el Rallye Monte-Carlo de 1989. Yo había estado colaborando en Motor a Fons todo el año 1988 –primero de la historia del programa– y en 1989, tras volver del Dakar y tener cerrado el programa de grupo N con Mia Bardolet (y el de tierra con Zanini), me era imposible colaborar semanalmente en TV3, un medio el televisivo muy exigente en cuanto al tiempo a emplear para elaborar un reportaje, de modo que sólo realicé aquel año colaboraciones esporádicas, una de ellas en el citado Monte-Carlo. El equipo de la tele compuesto por una realizadora, un cámara y un servidor seguimos toda la carrera y al final hicimos unas muy breves entrevistas a Miki Biasion, que ganó, Didier Auriol, que hizo segundo... y Hannu Mikkola, que terminó cuarto. Aunque fueron cuatro obviedades, la paciencia del finlandés con mi rudimentario inglés nos permitió poder sacar en el reportaje posterior al rally unas palabras de Hannu Mikkola, que dieron brillantez al trabajo. Mikkola llevaba de copiloto a Christian Geistdorfer.
Estos son mis recuerdos de este gran campeón y así los he contado. La muerte de Mikkola, como hace unos años de Björn Waldegaard, hace que aquellas épocas míticas queden cada vez más lejos, pero para nada olvidadas. Brindo por todos esos campeones en los que muchos nos hemos identificado. Va por ti Hannu.
Antes de terminar quisiera recordar también la figura de José Ángel Serantes, quien fuera director del Jarama y de la actividad deportiva del club tras la marcha de Carmelo Ezpeleta. Serantes falleció por la covid-19 el pasado 10 de febrero. He visto estos días en la prensa que José Ángel fue presidente del Real Murcia de futbol y con este cargo se le recuerda. Creo que es de justicia que los que hemos compartido momentos con él en el mundo del automóvil también lo hagamos constar. Descansa en paz José Ángel.
© Josep Autet
JAS Info Service
28 de febrero de 2020