Por Beny Fernández (Motor Auto, 1 de diciembre de 1977).
• Zanini es superable
• El Seat grupo 5 es mejor que el Escort
• En el Fallas tuve un accidente por culpa de Zanini
Pese a lo que este final de temporada pueda parecer, el principio de la misma no fue preparado para conquistar el título. Con Reverter, mi jefe de equipo, los planes se van haciendo según van surgiendo los resultados. Si las cosas van bien, vamos “a por todas”, mientras que, si van mal, se reducen los proyectos. Hay que tener en cuenta que, como él se hace cargo de todos los gastos, tiene que estar animado por los propios resultados para seguir “aflojando el bolsillo”. De ahí que, al romperse el coche –por una tontería– en el Rally de Cataluña, Reverter, contagiado por el lenguaje de allí, dijera: “Después de esto, plegamos”.
Sin embargo, los comienzos de temporada no podían ser más halagüeños. Fuimos a Monte-Carlo con aspiraciones. Pese a que el BMW se rompió, mientras estuvimos en carrera, que fue mucho, las cosas marcharon muy bien. Por eso, aunque tuviésemos que abandonar, Reverter se animó a seguir la temporada.
Es entonces cuando Ford España le concede la delegación de Ford en Orense. Reverter decide traerse un Ford Escort RS de Inglaterra, preparado por David Sutton, pues parecería un contrasentido que, teniendo la Ford, él hiciera propaganda de otra marca. Acudimos con ese coche al Costa Brava, logrando una bella e importante victoria. Esto mantiene el ánimo del “jefe”, que además piensa en la posibilidad de que le concedan a él el Departamento de competición de Ford España. Es por esta razón por la que, a partir de entonces, nos moveremos tanto. “El gallego” –como popularmente se le conoce fuera de nuestra tierra– quiere demostrar que cuenta con los medios necesarios para poder llevar un equipo de este tipo, y busca afanosamente hacer algo “sonado” para conseguirlo.
Se suceden entonces una serie de buenos resultados, que me colocan en cabeza del campeonato de España y en el segundo lugar del europeo. Mientras tanto, los Seat no tienen una actuación muy afortunada, por lo que, pese a los muchísimos puntos conseguidos en Monte-Carlo, quedan bastante descolgados de mí. Sin embargo, una salida de carretera al final del Rallye Firestone me produce la fractura de una muñeca, lo que no impide que termine en segundo lugar.
La fractura de la muñeca me tuvo inactivo durante casi dos meses. Este tiempo prácticamente me descalificaba de cara al título. El problema se agravó cuando, en mi afán de volver a la competición, la lesión se me reprodujo. Habíamos querido quitar el clavo para poder conducir y esta imprudencia me costó tener que pasar por el quirófano por tres veces consecutivas.
Por lo que se refiere a mi experiencia en las salidas al extranjero, creo que todos habrán podido ver que ha sido fructífera. Y no ya por los puntos, que deportivamente no sé si es lo más importante, sino por haberme podido medir con los mejores pilotos del mundo, demostrando “que estaba con ellos”. Para mí, una victoria en el Rally de Polonia, o en el de Chipre, donde no hay competencia, no tiene, deportivamente, ninguna importancia ni trascendencia. Se suman puntos, claro está, pero puntos fáciles, sin mérito. Creo que es mucho más positivo un sexto puesto en el Rally San Martino di Castrozza, frente a toda la élite mundial, que una victoria conseguida ante una débil oposición.
El final de esta temporada todo el mundo lo conoce. La mala suerte se ha cebado en mí en las pruebas catalanas. Sin embargo, yo creo que el campeonato lo perdimos en el Rallye del RACE. Allí los Seat no podían acudir con sus potentes grupos 5, por lo que contábamos con una ventaja suplementaria. Además, la pronta desaparición de Zanini parecía ponerme las cosas aún más fáciles. ¡Lástima de esa rótula…!
Analizando los equipos a nadie se le escapa que Seat tiene una potencia que difícilmente puede alcanzar un equipo privado. Los medios con que cuenta han sido, en esta ocasión, definitivos. En nuestro caso, hubiera sido necesario el haber cambiado el material a mitad de temporada, pues, sometido a este tipo de esfuerzos, difícilmente puede soportar toda la temporada. Pero la escasez de medios económicos nos impidió el realizar cosas tan elementales como ésta que, al final de la temporada, nos ha costado el título.
Como máquina, creo que el Seat grupo 5 nada tiene que envidiar al Ford Escort RS. En conjunto, está incluso más conseguido. El Escort tiene un gran motor, pero no tiene ni la caja de cambios ni la suspensión del Seat para pruebas de asfalto. En tierra sin embargo, se defiende mejor.
Como dato anecdótico tengo que decir que la primera vez que me subí en el Escort me causó una profunda decepción. El coche no se “meneaba”, no andaba. Luego, con unas ruedas adecuadas y con el trabajo que le hicieron los hombres de Reverter, la cosa cambió. Y conste que no quiero “darles jabón”, pues hay que tener en cuenta que, en Inglaterra, los rallyes discurren por terrenos totalmente diferentes a los de España.
Desde el punto de vita de pilotos, creo que mi máximo rival, Zanini, es fundamentalmente un hombre que trabaja muchísimo. Su mejor virtud es la constancia. Además, entrena con un coche casi igual al de correr. Yo no puedo hacerlo y eso es una gran desventaja. Pero, sinceramente, creo que es superable. A mí, a principio de temporada, me infundía un gran respeto. Prestaba atención a todo lo que decía, a cualquier comentario que hiciese –y hace muchísimos–. Más tarde, me fui dando cuenta de que todo ese respeto era infundado, que no tenía por qué correr acomplejado frente a él. Lo malo es que darme cuenta de ello me costó una salida de carretera, un accidente ocurrido en el Rally Fallas.
Antes de la salida de un tramo de velocidad, Zanini, que decía de mí que yo era “praderizable” (porque se podía meter conmigo, y eso me afectaba), estuvo atacándome, discutimos y yo tomé la salida del tramo de velocidad muy nervioso, sufriendo un accidente pocos kilómetros más allá. Esto había sucedido exactamente igual con Pradera, cuando éste formaba parte del equipo oficial de FASA-Renault. Desde entonces, nuestras relaciones se enfriaron y nunca más volví a tomar en cuenta sus cosas, no volví a hacerlo caso.
Antes de terminar esta mi primera experiencia como piloto-comentarista, quiero hablar del Rallye Costa del Sol. Yo iré allí a ganar. Sé que es muy difícil, pero me jugaré el todo por el todo. Si gano seré ¡CAMPEÓN! Y es una oportunidad que tengo que jugar de todas todas. Si pierdo, no pasará nada porque Seat y Zanini son grandes rivales.
Beny Fernández
Motor Auto 1977
Nota de JAS. “Motor Auto” fue una revista semanal que puede considerarse heredera de la mítica “Fórmula”. Tras la desaparición de esta última, todo el equipo pasó a “Vida del Automóvil”, mensual que duró poco tiempo pasando una buena parte del equipo a “Motor Auto”. El editor de esta revista era el periodista catalán José María Casanovas y la directora Mercedes Milá, aunque el director Ejecutivo era Jordi Viñals, con Javier del Arco y Adriano Pascucci, directores adjuntos, y María Ángeles Pujol, redactora jefe.