Por Josep Autet.
El pasado fin de semana (9-10 de abril) participé junto a Carlos Beltrán, patrón del Nou Onze Team, en el 5º Rally Catalunya Històric, la prueba de regularidad para clásicos del RACC. La consigna era clara: disfrutar y vivir el rally sin los agobios de tener que seguir la dictadura de ningún promedio estipulado teniendo en cuenta que, evidentemente, no podíamos pasar de todo. Viendo el puesto en el que acabamos queda claro que el resultado no contaba. Sin aparatos ni elementos de medición de ningún tipo, se trataba de que Carlos pilotara su notable máquina olvidándose de otra cosa que no fuera conducir por lo negro y llegar a final de carrera con el coche impoluto.
¿Cuál era el motivo exacto de esta participación? Pues, además de correr un rally juntos después de mucho tiempo hablándolo, el gran atractivo era sacar el fabuloso Porsche 911 RS con el que el propio Carlos Beltrán, junto con Derek Bell, participaron en el Tour Auto de 2017. Sentado en el Recaro del acompañante no podía dejar de pensar que allí se había situado el pluricampeón de Le Mans y Daytona, entre muchos otros logros. Menudo nivel.
Viajar en un tramo dentro de un 911 RS original de 1974 no es algo que se haga habitualmente. Debo agradecerle a mi amigo Carlos la oportunidad, por mucho que lo nuestro fuera literalmente un viajecito turístico por las comarcas de Tarragona, pero precisamente por eso mismo es de agradecer el haber podido comprobar sin ningún estrés qué debían sentir los pilotos que competían en aquellos años con una máquina de estas características. El RS 3.0 que conducía Carlos Beltrán es el chasis 911 460 9108 y en su palmarés figuran carreras y campeonatos de circuitos, principalmente en Alemania.
Yo alucinaba sabiendo que entre manos teníamos un vehículo de 47 años de edad del que se fabricaron 30 unidades, un coche de noble estirpe valorado en una cifra de 7 números largos. Carlos conducía de un modo suave y preciso, con sumo cuidado, algo así como conducción deportiva en carretera cerrada. Con ese maravilloso ronquido que lo delata, el 911 RS se mostraba razonablemente noble en el momento de dejarse domar, con un motor que permitía salir de cualquier curva o repecho en un santiamén, menuda máquina.
Aunque no seguíamos ninguna pauta estricta, pude comprobar que la regularidad Súper Sport no deja de ser una opción interesante para equipos con ganas de ir rapiditos, pero sin llegar al pilotaje que exigen las verdaderas carreras. Velocidad pura, por poco que corras, es una modalidad en la que debes asumir riesgos. Ir en regularidad Sport a 50 por hora de promedio y sufriendo para que en cada metro caiga el segundo adecuado es un calvario, no interesa, hay gente muy, muy buena y motivada para este cometido, pero si lo que uno desea es pasar del tema e ir ligerito, sin que te llame la atención el organizador por ir demasiado rápido, la regularidad Súper Sport es una categoría adecuada, en mi opinión más que la Legend, actualmente excesivamente controlada y además haciendo transparentes a los esforzados equipos, que en realidad no corren oficialmente nada.
Escribo estas líneas en el momento en que cancelamos la participación de Jordi Ventura y un servidor en el Rallysprint de Calafat. El Sierra RS Cosworth aún no está a punto tras el incidente de Lloret de Mar, de modo que su vuelta a las carreras deberá esperar. Me sorprendo a mi mismo por esta constante actividad en la que me veo metido, son participaciones con objetivos muy distintos a los de la época en que esto era mi profesión, pero a mi edad me sorprendo –y en el fondo, me agrada– verme capaz de competir en velocidad con un amigo que ve lo que hay que hacer exactamente desde mi misma óptica. Llegarán noticias nuestras en unos días.
Josep Autet
Vic, 13 de abril de 2021
