Por Federico van der Hoeven
(Fórmula, diciembre 1973).
A través de Juan Fernández, que conoce a Haldi, se me propuso ir de copiloto del suizo en el Rallye de España, puesto que a Haldi le interesaba correr este rallye para sumar más puntos en la Copa Porsche que comprende todas las pruebas que puntúen para algún campeonato internacional, como en este caso para el europeo de conductores de rallyes.
No obstante, la cosa era muy difícil para mi pues había previsto correr en la Rabassada y este era el único fin de semana libre que disponía Haldi para entrenar, así que finalmente fue José María Fernández quien inicialmente iba a ocupar el asiento de copiloto. Sin embargo, este enfermó y de nuevo se pensó en mi para el rallye. Esta vez nada lo impedía y advertido de ello el martes, ya tomaba el avión al día siguiente pues debí anotar unos cuantos tramos que Haldi no tuvo tiempo de ver- Me preguntaba realmente qué grado de exactitud tendrían, pues no había tomado nunca notas de este tipo (es decir de velocidad) ni tampoco sabia bien qué criterio seguir, pues nunca me había sentado al lado del piloto suizo.
Allá tuve la surte de encontrarme con “Arturo de Necto” y éste, dispuesto como siempre a echar una mano, me acompañó para tomar estos apuntes. La verdad es que por ser la primera vez se desenvolvió bastante bien. Si Arturo decidiese hacer de copiloto en algún rallye, ¡por lo menos el piloto podría estar seguro de que los frenos funcionarían siempre bien!
El jueves por la noche iba a recoger a Haldi y a su manager Haberthur. Este es el representante de Porsche en Lausanne. Él y Claude han llegado a un acuerdo muy sencillo: Haberthur le deja los Porsche y le proporciona asistencia gratuitamente y Haldi le da las primas de salida y premios, ya que este lo único que desea es poder divertirse corriendo en coches. Es una filosofía muy atrayente… siempre que te lo puedas permitir.
El viernes a las tres y cuatro minutos de la tarde me sentaba por primera vez en un Porsche y fue desde luego una experiencia muy interesante. El desarrollo del rallye está sobradamente comentado por Jordi Viñals en la crónica y aquí no tengo la intención de extenderme sobre él. Sólo me permitiré hacer notar que en la prueba de “Navas del Marqués”, Claude Haldi hizo un scratch sin haber pasado nunca antes por allí. Justamente en esta segunda etapa había ocho tramos que no había recorrido en su vida. Por ello se puede considerar su tercer puesto como muy meritorio.
Hace ya diez años que Haldi compite en automovilismo y sigue teniendo esta misma ilusión al sentarse al volante de un coche. Le basta la simple satisfacción de llevar un coche al límite y de disfrutar durante este tiempo de su conducción. Su prueba preferida es la Targa Florio, donde tiene el récord de grupo 4, porque se desarrolla en un marco natural con los peligros inherentes a estas carreteras. El dice que allí todavía se pueden juzgar las cualidades de pilotaje y coraje de cada uno y no como en otras pistas donde siempre se puede ir al límite y si uno se pasa, sencillamente se va un rato por el campo sin más consecuencias. Por esto prefiere Francorchamps, donde también el “corazón” juega un papel determinante (claro que esto está bien mientras lo pueda contar después). Claude Haldi es de una raza de pilotos que se va extinguiendo lentamente.
Nota de JAS
Hagamos un resumen de las fechas de que habla Federico en su testimonio. Veamos: Claude Haldi y José María Fernández hacen los reconocimientos del XXI Rallye de España el fin de semana del 19 al 21 de octubre, días en los que Federico van der Hoeven corre en la Rabassada con su Selex ST-3 de F-1430 (con el que por cierto finalizó 5º, a 1” del Brabham BT38 de Eugenio Baturone).
Debido a que Pepe Fernández cae enfermo, el martes 23 de octubre se requiere de nuevo la presencia de Van der Hoeven, que ese mismo día viaja a Madrid donde se supone que el miércoles 24 y jueves 25 Federico y Arturo Ferrando entrenaron los tramos de los que le faltaban notas a Haldi, día éste último en el que llegaban a Madrid el propio Haldi y Haberthur. Todo ajustado al máximo para que el viernes 26 de octubre de 1973, tras verificar, a las 15:04 el Porsche Carrera grupo 3 con el nº 4 tomara la salida desde la capital con tres días de rally por delante y todas las –hoy en día– asombrosas particularidades de su participación que cuenta perfectamente Federico en su texto.
Ahí va un resumen rápido de su actuación: 4 scratch (uno de ellos sin haber pasado nunca antes por el tramo), 7 segundos, 6 terceros, 5 cuartos, 2 quintos, 1 sexto y 1 séptimo. Todo esto significa terminar 3º absoluto a 16” de los Reverter (Alpinche), segundos, y a 2’ largos de Bäbler-Antolín (Seat 1430/1800), ganadores y Campeones de España. Por detrás quedaron los Etchebers (Porsche), Zanini-Sabater (Seat 1430/1600), Pradera-Comyn (Seat 124-1600), etc.
Ese rallye tenía en 1973 1.600 km largos de recorrido y 26 cronometradas (algunas de tierra) con un total de casi 250 km de velocidad. Mi admiración por estas gentes del motor de los años 70. Uno podía ir a hacer notas con un amigo y luego cantarlas a un piloto que lograba marcar algún que otro scratch y terminar en el podio de una carrera del europeo. Asombroso. Admirable.
Josep Autet