Eduardo de Aysa, el emprendedor que siempre superaba los obstáculos 



Más allá de publicar un obituario de Eduardo de Aysa Cardenal, fallecido el pasado día 29 a los 60 años de edad, queremos dejar constancia de su importante trayectoria en el mundo de las carreras, la comunicación y la moda, un emprendedor de primera categoría con un carácter positivo y una personalidad arrolladora.

Eduardo surgió afrontando sus desafíos deportivos con un optimismo reluciente y un saber hacer que superaba el de muchos pilotos que hacía tiempo luchaban por una oportunidad que él obtenía gracias a su especial manera de ser y hacer. Eduardo llenaba el habitáculo y también los despachos, un hombre seductor que igual podía ser piloto oficial de Renault que gestionar la trayectoria profesional de una modelo de moda con caché internacional.

Se hace difícil saber con exactitud toda su variada trayectoria de tantos años, en especial fuera del automovilismo, de lo que dejamos constancia hoy, con toda la humildad de afirmar que no lo sabemos todo, es de su palmarés deportivo más importante, con todo el dolor que produce buscar datos de un nuevo amigo desaparecido.

Su debut tuvo lugar en 1985 en la Copa Nacional Renault Iniciación y en su primera gran temporada internacional, la de 1989, hizo equipo con Tomás Saldaña en la Renault Elf Europa Cup con Renault 21 Turbo, representando oficialmente a la filial española de la marca del rombo. Logró podios y terminó 10º con una victoria en el Jarama, justo por delante de su compañero Saldaña, que también acabo una posición por detrás de Eduardo en la clasificación final de la copa europea.

La calidad de Eduardo de Aysa al volante estaba fuera de toda duda y su actuación en realidad fue una evolución de la que había demostrado un año antes (1988) en la Renault Elf Alpine Turbo Europa, que se corría con los Alpine V6 Turbo. Pero la marca dejó de lado su participación en Europa y Eduardo de Aysa se propuso ganar la Copa Nacional Renault de 1990, última que se corría con los Renault 5 GT Turbo. Tras 4 victorias y después de estar siempre en posiciones delanteras, Aysa logró su objetivo tras un final polémico con Santi Moya, que fue descalificado.

Renault volvía a tener a Eduardo de Aysa en su órbita como flamante ganador de su Copa Nacional, de modo que en 1991 volvió a pilotar un Renault 21 Turbo, esta vez en el Campeonato de España de Turismos. Fue una temporada dura pero en la que de nuevo brilló la calidad de Eduardo, al final 6º absoluto del campeonato con victoria en Alcañiz, su circuito fetiche.

El 1992 participó de nuevo en el CET pero en esta ocasión con un Renault Clio 16V ayudado por Renault España, terminó 10º. Un año más tarde se lanzó a la aventura de la Clio International Cup europea; de nuevo brillante, la finalizó subcampeón tras ganar 3 carreras, otros tantos podios y 2 vueltas rápidas, un botín magnífico.

Pero Eduardo de Aysa no era de conformarse y de establecer monotonía en su vida. La ayuda de Renault fue desapareciendo y eso, junto con la creación de la Supercopa Citroën ZX 16V en la que había importantes premios, le llevó a orientar sus siguientes temporadas a este campeonato monomarca, en el que entre 1994 y 1997 acabó respectivamente 5º, 2º, 3º y 4º, siempre con victorias o podios en cada año. En esa época es cuando inició su colaboración con Zanini Racing, estructura que le arroparía diversas temporadas. En todos esos años se pudo comprobar lo bien que le sentaba a Eduardo de Aysa el circuito urbano de Alcañiz, con el ZX finalizó dos veces segundo y uno tercero.

Otro cambio de guión, en 1998 participa en las nuevas Turismos Series que casi gana, terminó 2º al volante de un Peugeot 306 Maxi Kit Car tras ganar dos carreras en una temporada que venció Alfredo Mostajo. El Campeonato de España de GT fue un excelente escenario para ver a Eduardo de Aysa con Porsche 911 GT2, siempre preparado por Zanini Racing y haciendo equipo generalmente con Jordi Serra. En 1999 sólo hizo dos carreras y en 2000 acabó 5º.

Los años fueron pasando y Eduardo no sólo participaba en todo lo que hemos relatado, sino que fortalecía su vinculación con el sector de la comunicación (fue director, entre otros medios, de Fortuna Sports y comentarista de TVE) y de la moda. En sus coches siempre había lucido publicidades relacionadas con este mundo, en especial “by Basi”, y Eduardo se fue dedicando cada día más a esta faceta en la que se sentía como pez en el agua.

Prácticamente dejó los coches y entró en el mundo de la hípica, modalidad en la que despuntaba como jinete pero también como propietario de caballos. Su muerte ha sorprendido en especial al automovilismo y a su mundo actual, la hípica. Un infarto acabó con su vida mientras dormía, una muerte plácida para alguien que nos ha dejado demasiado pronto. Nuestro más sentido pésame a su familia. Descansa en paz Eduardo.

JAS Info Service
2 de diciembre de 2021

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