Por Josep Autet.
Un rally más y otra actuación que Jordi Ventura y un servidor consideramos buena... pero sin poder concretar el resultado en la clasificación. Sabe mal porque es algo como “déjà vu”, una situación ya vivida con anterioridad. El ‘Fullslip Legend Les Corbes” terminó para nosotros a mitad de la segunda pasada por Collsaplana, tras cinco tramos finalizados con excelentes tiempos y un tercer lugar absoluto ganado a pulso, pero que no pudimos defender hasta el final. ¿La causa? Se rompió un simple pasador en el varillaje del cambio que dejó inservible la palanca, que quedó loca sin permitir engranar nada.
Habíamos iniciado el rally el viernes con dos pasadas por la rápida zona inicial de Cladells. Utilizamos unas cubiertas ya usadas en el anterior ‘Rally Empordà’ y no es que fueran mal, pero comparándolas con el agarre y la tracción que demostraron unas Pirelli en mejores condiciones montadas el sábado, nos apercibimos que el ritmo de la víspera no fue premiado con los tiempos que sí salían corriendo de igual modo el sábado. Con todo, tras las dos pasadas por Cladells nos fuimos a dormir en 7ª posición y primera en Pre 90, un puesto que evidentemente no estaba nada mal para enfocar la segunda jornada.
Como antes decía, fue nada más finalizar la parte final más virada de Cladells que se hacía el sábado cuando vimos que el fenomenal ataque de Jordi tenía premio, el de inmiscuirse en la lucha por la general absoluta luchando contra los coches modernos. Un 4º y un 5º en Cladells y otro 5º también en Collsaplana nos situaron en una magnífica tercera posición scratch, a 17 segundos largos por detrás del inalcanzable Subaru “Youngtimer” de Quim Manresa-Miquel Amblàs y un puñado de segundos por delante de cinco unidades que nos podían dar mucha guerra, a quienes seguía nuestro rival “natural”, el eficaz BMW M3 de José María Martínez-Sergio Ramírez, a una distancia importante aunque de “Aicon” se puede esperar cualquier reacción.
En eso llegó Collsaplana-2. A poco de iniciar el tramo empezó a fraguarse nuestra retirada con un cambio que no obedecía. La segunda no entraba y pudimos recorrer algún kilómetro en tercera antes de que se rompiera del todo el pasador, más o menos a mitad de tramo, y el coche se parara definitivamente. Jordi luchaba para engranar algo pero ya parados sólo logró meter la quinta velocidad. Tras varios intentos de reemprender la marcha, el cambio nos permitía avanzar un par de metros antes de calar el motor, así una y otra vez hasta que desistimos.
El coche funciona, el piloto le tiene cogida la mano al Sierra de grupo A ¡y de qué manera!, pero la fragilidad de elementos insospechados arruina la posibilidad de poder repetir resultados como los de Lloret de Mar o del Costa Brava. No se trata una vez más de hablar de lo que pudo ser y no fue, pero la tercera plaza que ocupábamos en el momento de la retirada nos apetecía mucho y la motivación era muy alta. Sabe mal por Jordi, que se está comportando como el gran piloto que fue en su juventud y que además ha empleado muchos recursos para hacer competitivo el Sierra. También por el eficaz trabajo de Baporo: Abel, Panchi y Jolis, quienes manifestaban que nunca antes, en los tiempos del M3, habían sufrido la rotura de este pasador, muy similar en ambos coches. Pero la realidad es la que es.
En cuanto a mí, formo parte de una unidad deportiva sólida con Jordi y estábamos concretando un gran papel, que acabó en papelón. Si leéis mi colaboración en el número actualmente en venta de Auto Hebdo Sport entenderéis la motivación que me mueve a formar parte del programa de Jordi. Visto tal como lo cuento en el artículo, el desafío personal que hoy en día significa para mi correr a toda velocidad con un piloto de primera línea debería ser independiente de que se acaben rallyes en posiciones de honor o no, pero que queréis que os diga, la vena competitiva siempre acaba por salir y la desilusión ante esta retirada fue grande.
Josep Autet
3 de julio de 2022
Anotaciones en el cuaderno de notas
• Mientras esperábamos a que abrieran la carretera para que entrara la asistencia, pasaron por nuestra ubicación diversos aficionados con sus cámaras de fotos. La charla surgió distendida y después de hablar de la avería surgieron cosas como la competición virtual, que dos de ellos seguían habitualmente; las carreras de coches eléctricos, cada vez más numerosas; la falta de público que siga en masa los rallyes como ocurría antes; las dificultades que afrontan las organizaciones… la conclusión es que todo cambia inexorablemente menos el papel de las federaciones, dedicadas a su propia subsistencia sin reformularse adecuadamente ante los difíciles tiempos que vivimos y sin duda viviremos. Tema que da para meditar.
• El esfuerzo de “Peu a Baix” en organizar un rally sin más pretensiones que hacer que en la zona (las Guilleries) siga habiendo rallyes propios es de elogiar, independientemente de los escasos recursos con que cuenta. Una boda hizo cancelar la primera pasada por Coll de Ravell y el fantasma de los permisos planeo hasta el último momento pero el rally –faltado de un poco de ritmo– fue muy correcto y cabe felicitar a la organización y muy concretamente a los hermanos De las Heras. Sin ellos y sus incondicionales amigos, no habría rally en Sant Hilari.
• Me agradó encontrarme con personas que hacía tiempo no veía y también en los tramos a gente incansable y siempre dispuesta a arrimar el hombro para que los rallyes subsistan: Joan Al y su numeroso y fiel equipo, Màrius Llongueras y su gente, la incansable familia Ferrer y Auto Sport Igualada, etc. Sin todas estas personas tampoco podrían organizarse carreras, un hurra de alto nivel sonoro por su dedicación totalmente entusiasta. De ellos y de todos.
• El concepto “Fullslip” de rallyes de velocidad sin puntuabilidad alguna, pero en el que tienen cabida todo tipo de coches, avanza con paso firme. Nano Canales, de copiloto con Martín Arroyo en su impecable Opel Manta 400, participó en el Fullslip Legend Les Corbes. Era uno de los equipos representantes de Rally Legend Cantabria, creadores de este movimiento al que deseamos buena y larga vida.
• Un aplauso también para Jordi Zurita, que con evidentes limitaciones físicas a causa del tratamiento de su enfermedad, culminó todo el rally al volante de su Porsche 997 GT3 RS y además en el top 10, muy bien acompañado por Xavier Amigo. ¡Enhorabuena Jordi y ánimo!
• Se preparan novedades para el próximo Ral·li d’Andorra: nuevo nombre y nuevo concepto, ACA Esportiva no tardará en comunicar el asunto.