Por Josep Autet.
Por tercer año consecutivo, Carlos Beltran me invitó a una de sus salidas relajadas al Rally Catalunya Històric, que es el escenario ideal para hacerlo con alguno de sus magníficos coches y circular de un modo tranquilo por esas carreteras y parajes llenos de recuerdos. Su idea era rodar una unidad inédita en esos menesteres, inicialmente había pensado utilizar el 911 que había sido en su día de Alex Soler-Roig y que Nou Onze ha reconstruido en su totalidad, pero al coche le falta algún detalle para dar por culminado el trabajo, por lo que a última hora decidió volver a salir con el 911 2.0 exJuan Fernández que ya habíamos llevado hace un año.
Siempre que ha participado en el Rally Catalunya Històric, ya desde su primera edición, Carlos ha presentado magníficas y muy valiosas unidades. En 2017 se presentó con el fabuloso Porsche 904 GTS exJuan Fernández, lo que dio al rally un gran calado histórico con su simple presencia, por cuanto esa misma unidad 904 había participado en el Rallye de les Dues Catalunyes de 1964, con Juan a su volante. Carlos me comento que veteranos aficionados franceses se emocionaron al ver de nuevo en Perpiñán aquel bellísimo 904, justo en el mismo lugar donde le vieron más de cinco décadas antes. Esos detalles a veces no se tienen en cuenta o no se aprecian con toda su importancia, porque tener en la salida de un rally a valiosas unidades originales de su época es lo que en realidad le da relevancia a una prueba histórica de esta dimensión.
En fin, volviendo al pasado fin de semana decir que el promedio de 50 por hora convertía nuestra salida al rally en demasiada excursión, en especial en esos tramos rápidos en los que las rectas aconsejaban levantar, por no decir frenar, con el fin de no dar alcance al coche de delante e intentar con ello hacer un poco el serio. Para los que hacen regularidad, esta condición forma parte del juego porque justamente van a eso, pero para circular sin más ese promedio no es el adecuado. Lo comenté en nuestra experiencia conjunta de hace un par de años. En aquella edición de 2021 Carlos se inscribió con un maravilloso RS 3.0 de 1974 y en Regularidad Sport (aquel año se le llamaba Súper Sport). Era el coche ideal para viajar rápido y, aún sin mirar nada de relojes ni aparatos, esa modalidad te ofrece lo que buscas cuando conduces en una carretera cerrada sin hacer carreras.
Por lo demás, y como siempre, Carlos Beltran condujo una vez más de maravilla. En esas salidas su objetivo primordial, además de buscar el disfrute al volante, es sacar del garaje piezas valiosísimas aunque eso le exija que en cada arrancada o en cada viraje, lo primero que debe tener en cuenta es que su objetivo esencial es hacer el siguiente, y el otro, y el que viene a continuación… sin incurrir nunca en el más mínimo riesgo para la integridad de unos vehículos que son claramente de colección.
Con todo, un fin de semana bien simpático y con un ambiente general la mar de agradable. Pero en el refrigerio previo al reparto de premios nos llegaron las noticias de la tragedia que se estaba viviendo en Tineo, Asturias. La muerte no es de recibo que te llegue corriendo un rally, por mucho que eso esté lejanamente presente en el juego, pero la foto que nos llegó mostraba una destrucción descomunal del coche, un accidente del que sin saber nada intuimos al instante que debió ser fatal para los que iban en el habitáculo. Ese mazazo presidió los momentos finales del rally y tanto a Carlos como a mí, y por descontado al resto del equipo Nou Onze, nos afectó mucho.
No conocía a ninguno de los dos fallecidos, Julio César Castrillo y Francisco Javier Álvarez, pero que murieran ambos en el golpe demuestra lo monstruoso que fue el impacto. Posteriormente hemos sabido que el piloto sufrió un infarto en plena cronometrada, lo que aún le da mas dramatismo a este desgraciado accidente. Descansen en paz y todo mi cariño para los suyos, entre los que indirectamente me incluyo, porque Castrillo y Álvarez eran de los nuestros.
La muy reciente muerte de Craig Breen en un accidente esa misma semana demuestra la vulnerabilidad humana en los golpes laterales, es muy difícil erradicar ese hecho por mucho que los coches de rally modernos sean muy seguros, que lo son, y que se siga trabajando en ello, pero un golpe seco y a gran velocidad contra algo duro tiene consecuencias fatales para el cuerpo humano. Todo es terroríficamente posible: sales a un tramo; corres como crees que debes hacerlo y con toda la ilusión y ganas de hacerlo bien; se te escapa el coche en una zona donde eso no debería ocurrir; sufres un accidente tremendo; y lo demás lo escribe el destino.
Decenas, centenares de ocasiones eso mismo sucede en rallyes de todo el mundo de forma similar, pero el árbol no está allí; la velocidad que te catapulta hacia el obstáculo no es la misma; no hay tanta violencia; evidentemente el piloto no está fuera de juego por un ataque al corazón… ¿qué más se puede decir? En este mismo Rally Catalunya Històric con que iniciaba el texto, aún siendo de regularidad, se vivió un accidente sorprendente pero afortunadamente a años luz en cuanto a sus consecuencias respecto al de Asturias. Un brazo roto y algunas heridas que curarán no son afortunadamente nada con lo que nos llegó unas horas más tarde. El destino estará o no escrito, pero la vida es frágil, recordémoslo.
La vida sigue y las carreras también. Ya comenté con posterioridad al Rally Costa Brava que las malditas coincidencias no me permitirán acompañar a Jordi Ventura en su periplo más próximo, una vez se ha decidido a probar suerte en el nacional de históricos tras el buen papel del Costa Brava. Resulta que el Rally de Asturias Histórico coincide con la semana de Automobile Barcelona, en el que llevo diecisiete ediciones involucrado (y se organiza cada dos años…). El Costa Daurada Legend Reus se corre el mismo fin de semana que la subida andorrana a Arinsal del campeonato de Francia, carrera en la que soy el responsable de Prensa. Y el Empordà se correrá los mismos días que Espíritu de Montjuïc, otra de mis ocupaciones, aunque en este caso haciendo malabarismos (y esfuerzos), el asunto se podrá simultanear. En fin, dentro de poco, más, pero de momento un deseo: disfrutad con lo que hagáis. Gracias por leerme.
Josep Autet
16 de abril de 2023