Javi Martín (para Eventos del Motor).
Bajo el capó, el Alfa Romeo Alfetta GT de grupo 2 escondía un 4 cilindros de 1.8 litros alimentado por un carburador Dell’Orto de cuatro cuerpos, acoplado a un cambio manual de cinco relaciones. La unidad de color rojo se actualizó con un motor 2.0 litros (mayor diámetro de cilindros). También montaban diferencial de deslizamiento limitado, frenos Lockheed y llantas Campagnolo de magnesio. Con el motor “pequeño” la potencia era de 180 CV, mientras que con el dos litros, pasaba a rendir 210 CV con inyección y culata de 16 válvulas.
Alfa Romeo, como todas las firmas italianas, tienen un gran pasado en competición, un pasado que no refuerzan en la actualidad, por desgracia. No obstante, hoy día, con la transición a la tecnología eléctrica, no a todos los fabricantes les resulta rentable entrar en el mundo de las carreras. Alfa Romeo primero tiene que renovar su catálogo de modelos de producción, algo que ya está en marcha con el lanzamiento del restyling de los Alfa Romeo Giulia y Alfa Romeo Stelvio, junto a la gran novedad de los últimos años, el Alfa Romeo Tonale, que estrena, además, la tecnología híbrida en la marca. Más adelante se esperan más modelos, entre los que destacan, según los rumores, un roadster de talante deportivo y un despótico al estilo del sensacional Alfa Romeo 8C. Cuando la renovación de la gama esté completa, quizá, podamos ver el regreso de la marca a la máxima competición.
Mientras tanto, los fanáticos de la marca tendrán que conformarse con los Alfa Romeo clásicos e históricos, si es que pueden permitírselos, claro. Coches como el Alfa Romeo Alfetta de grupo 2 fue una de las geniales creaciones de Autodelta, un taller especializado en coches de competición y en “preparaciones”, que fue fundado por dos ex ingenieros de Ferrari y de la propia Alfa –Carlo Chiti y Ludovico Chizzola–. Autodelta se convirtió en la división de carreras de la marca desde 1963 y, durante las siguientes décadas, fueron los responsables de poner en pista todos los coches de competición de la firma de Arese, entre los que destaca el mencionado Alfetta GT puesto en liza en 1975.
El Alfa Romeo Alfetta GT solamente contó con nueve unidades, de las cuales tan solo sobreviven dos y únicamente una de ellas está pintada en el original color dorado pálido –fue la única unidad pintada de ese color–, mientras que el otro se pintó en el famoso Rosso Corsa de la marca. El Alfetta GT 1800 de grupo 2 de color dorado fue pilotado por Francesco “Chicco” Svizzero, piloto oficial de la marca en 1974 y 1975, mientras que las unidades Rosso Corsa las llevaron Amilcare Ballestrieri-Mauro Mannini y Jean-Claude Andruet-“Biche”, quienes lo hicieron debutar en el Rally Costa Brava de 1975, poco antes de que Alfa dejara de dar apoyo de fábrica a los equipos de rally.
Nota de JAS
El Rally Costa Brava de 1975 (23 edición) al que alude el texto, fue uno de los más importantes de la década de los 70, al contar con una lista memorable que incluía, además de los citados Alfetta GT oficiales de Jean-Claude Andruet y Amilcare Ballestrieri (que se retiraron); dos Fiat Abarth 124 para Fulvio Bachelli y Maurizio Verini (este último, ganador del rally); un Opel Ascona oficial para Walter Röhrl; dos Seat 1430-1800 oficiales para Antonio Zanini y Salvador Cañellas; un Alpine 1800 oficial para Juan Carlos Pradera; varios Porsche 911 RS de gran nivel para Claude Haldi, Antonio Borges, Marek Gierowski y Hans-Walter Schewe; un Polski Fiat 1600 oficial para Maciej Stawowiak; etc.
Los ganadores fueron Maurizio Verini–Francesco Rosetti (Fiat 124 Abarth), seguidos de Juan Carlos Pradera–Juan José Petisco (Alpine-Renault 1800), Antonio Zanini–Jordi Sabater (Seat 1430-1800), Walter Röhrl-Jochen Berger (Opel Ascona 1.9 SR) y Andrzej Jaroszewicz–Janusz Wojtyna (Fiat 124 Abarth).
