• El desarrollo de los motores, conforme a las regulaciones anticontaminación, aumentan las vibraciones en la cadena cinemática, lo que disminuye la vida útil del embrague. Para solucionarlo, los fabricantes de equipo original se enfocan al desarrollo de sistemas que absorban las vibraciones generadas por el motor.
• Un actor clave en este sentido, los últimos desarrollos de volante bimasa. Gracias a la evolución tecnológica de este componente, el resto de los componentes se benefician de una mayor vida útil, dado que reduce el estrés al que se someten motor y caja de cambios, permite el ahorro de combustible y, en consecuencia, reduce las emisiones de CO2.
El papel del embrague es determinante dentro del sistema de transmisión del motor. “De su buen estado depende la durabilidad de elementos clave como el motor o la caja de cambios”, señalan desde ‘Elige calidad, elige confianza’ (ECEC), iniciativa que trabaja en pro de la seguridad vial y que reúne a una veintena de fabricantes de componentes adheridos a Sernauto. Y es que el embrague es un elemento de desgaste, por lo que un adecuado mantenimiento se hace aún más esencial. Aquí, “lo más recomendable”, advierten desde ECEC, “es realizar un mantenimiento completo del sistema de transmisión: conjunto de embrague, volante bimasa, cojinete mecánico o cojinete hidráulico”.
Asimismo, señalan que en el caso de tener que reemplazar alguno de estos elementos, es conveniente reemplazar todos los componentes del sistema que se hayan visto afectados por el deterioro.
La transformación que están experimentando los motores a causa de las regulaciones anticontaminación –menor tamaño, menor cilindrada, mayor potencia, mayor eficiencia– “provoca un incremento de vibraciones en la cadena cinemática, lo que reduce la vida útil del embrague”, explican desde la iniciativa.
Para solucionarlo, los fabricantes de equipo original han desarrollado nuevos conceptos y componentes que permiten que estas nuevas generaciones de vehículos garanticen una conducción confortable y eficaz, “absorbiendo las vibraciones generadas por el motor”, añaden.
Volante bimasa, uno de los componentes que más absorbe las vibraciones
En este sentido, el volante bimasa es uno de los componentes que más absorbe las vibraciones producidas por los motores de combustión más recientes. Gracias a la continua evolución tecnológica de este componente, el resto de los componentes se benefician de una mayor vida útil, dado que reduce el estrés al que se someten motor y caja de cambios, permite el ahorro de combustible y, en consecuencia, reduce las emisiones de CO2.
La última evolución tecnológica del volante bimasa incorpora péndulos centrífugos. Este tipo de absorbedor de vibraciones no tiene una frecuencia natural fija, sino que varía en función de la velocidad de giro, lo que permite aumentar sus prestaciones un 60% comparado con un volante bimasa sin esta tecnología.
Así, el desarrollo del volante bimasa permite también la evolución del resto de los componentes del sistema de transmisión del vehículo, como el embrague.
Ejemplo de ello es un doble embrague en seco, que mejora la eficacia del embrague y reduce las emisiones de CO2 a la atmósfera. Este tipo de embrague permite cambios de marcha y aceleraciones más eficaces, logrando también menores vibraciones y ruido. La reducción de emisiones de CO2 se alcanza gracias a una menor resistencia y a la reducción de vibraciones, lo que lleva a un menor consumo de combustible y, a su vez, menores emisiones a la atmósfera.
“Ser fabricante para equipo original supone que el diseño de ese conjunto de embrague se ha desarrollado específicamente para las características de cada vehículo, por lo que los materiales y compuestos empleados para su fabricación, así como su funcionamiento, se ajustan perfectamente a las necesidades del fabricante”, explican desde ECEC, “evitando así, falta de rendimiento o la rotura o avería de un embrague, lo que puede afectar al funcionamiento de otros componentes del vehículo, cuya reparación puede llegar a ser muy costosa, como por ejemplo la caja de cambios o el motor”, concluyen.
Síntomas de que el embrague comienza a fallar
Uno de estos síntomas es que el coche se revoluciona demasiado, pero no coge velocidad. En estos casos es posible que el embrague patine, y que los forros del disco se hayan desgastado. Además, en ocasiones, este patinado genera un olor bastante característico.
Otra señal es que las marchas entran mal, de forma brusca. El conductor nota dureza al accionar la palanca de cambios en el momento de insertar la marcha o de sacarla, y en ocasiones, incluso un ruido de rozamiento metálico en ese mismo momento.
Asimismo, si al soltar el pie del embrague, su recorrido es mínimo, y el coche tiende a ponerse en movimiento rápidamente, estamos ante otra señal de que el embrague está en mal estado; al igual que lo estamos si se perciben fuertes vibraciones procedentes de holguras, así como si se producen chirridos al pisar el pedal del embrague, lo que puede significar que el collarín necesite ser sustituido.
Elige calidad, elige confianza
Iniciativa liderada por ATE, BOSCH, BREMBO, CONTINENTAL, DAYCO, GATES, HELLA, KYB, MAGNETI MARELLI, MANN-FILTER, NTN-SNR, OSRAM, PHILIPS, SCHAEFFLER, TUDOR, VALEO y VARTA, con el principal objetivo de concienciar a los talleres multimarca de que las marcas fabricantes de primer nivel ofrecen, no sólo la más amplia gama de productos para el automóvil y el vehículo industrial, sino también apoyo en formación y soporte técnico permanente, cobertura global con independencia del territorio o tipo de vehículo y la garantía de que detrás de cada pieza está el mayor y más cualificado grupo de expertos. Esta iniciativa está coordinada por SERNAUTO, la Asociación Española de Proveedores de Automoción.