Competición vivida: Sin notas y a lo loco 



Por Josep Maria Montaner. 

Hace unos días, le pregunté a Josep Autet si tenía en su archivo alguna fotografía de cuando corrí el Rallye Catalunya de 1977 con Lluís Juvanteny. Es una de las pocas carreras de las que no tengo ninguna foto y tenía ganas de encontrar alguna para ponerla en mi archivo personal. Dicho y hecho, miramos su inmenso archivo y con mucha satisfacción aparecieron dos imágenes de aquel rally, firmadas respectivamente por José Luis Cortijos e Ignacio Par.

Este hecho me da pie a escribir una pequeña –¡o gran!– historia de aquella carrera. Yo ya había hecho algún rally con Juvanteny, porque los dos formábamos parte del ambiente de la Escudería Osona. Con Lluís y Carles Miró, Toni Cruells, Jesús Rodríguez y Joan Gimeno, entre otros, éramos colegas y yo solía saltar de un habitáculo a otro.

El tema es que Lluís Juvanteny solía correr habitualmente con Jordi Salés, alías “Cucandrius”, o con Félix Urgell y no sé porque pero me pidió que corriéramos juntos aquel Cataluña del Campeonato de España. ¿Qué es lo que pasó? Pues que como todo se organizó a última hora, de los tramos que se hacían por el Vallès y el Montseny sí teníamos notas, pero de los que se hacían en Tarragona, no, porque no se pudieron entrenar. Esto quería decir que tendríamos que ir a vista, lo cual hacía muy difícil hacer un buen papel en unas épocas en que las notas ya eran un elemento casi imprescindible.

Total, que nos las dejaron Josep Lluís Juvanteny y Jaume Vizern, de Olot. Josep Lluís no tenía ningún tipo de parentesco con Lluís, a pesar de que a veces había gente que pensaba que eran familia, pero no, no eran nada de esto, amigos y punto. El caso es que salimos al primer tramo, Santa Càndia (entre Carme y Santa Maria de Miralles), y el tema no cuadraba nada, pero nada, las curvas y sus dificultades no ligaban ni por casualidad y después de varias emociones, Lluís me dijo: “tira estos papeles, ¡nos meteremos una hostia!”. Dicho y hecho, abrí la ventana y los papeles desaparecieron con rapidez coche atrás.

El caso es que Lluís Juvanteny se defendió más que bien en aquellos cinco tramos a vista, no desentonamos casi nada y acabamos la primera etapa –que también acababa en el lugar de la salida, las Cavas Segura Viudas– séptimos de los Seat 124-1800, a 1 y 2 segundos respectivamente de Culubret-Falcó y Palacios-Rodó, lo cual, dadas las circunstancias, no estaba nada mal. Por delante iban como aviones Marcos-Altarriba, Serra-Pinedo y Mach-Arbós.

Por el Vallès nos defendimos mejor y cuando llegamos a los tramos próximos a la comarca de Osona, el tema cambió, las notas cuadraban perfectamente y corrimos bastante, yo diría que mucho, puesto que a menudo hacíamos los mejores de los FL, combinado con alguna retirada que hubo. Juvanteny era muy bueno y su FL 1800 muy afinado y rápido, lo llevaba el mecánico Jaume Jordà, de Manlleu. Pero el tema es que los sustos no cesaron de aparecer. En el último paso por Coll de Rabell (16 km), me acuerdo como si fuera ahora, en una curva en bajada donde había uno de aquellos letreros publicitarios habituales en la época: “Beber es preciso, Agua San Narciso”, publicidad del célebre manantial de Caldes de Malavella, se notó un gran “cata crac” y el coche hizo de repente un extraño que por poco nos saca de la carretera.

Resulta que se rompió un soporte del puente trasero y el ruido y los bandazos invitaban a ir despacio. De hecho, nos veíamos retirados. Pudimos llegar con pena y trabajo a final de tramo y la asistencia se puso en marcha para intentar arreglar el desperfecto. En aquella época las asistencias eran libres y quedamos que se intentaría soldar antes de Tona, en un lugar donde antes se ubicaba Muebles Malla (ahora está el híper Esclat)... pero antes teníamos que hacer en aquellas condiciones La Roca. Superamos el tramo como pudimos y al llegar al lugar concreto acordado, Jaume Jordà y los mecánicos se lanzaron bajo el coche y soldaron el soporte.

Ojo al dato: teníamos 51 km para ir desde la salida de La Roca a la de Estenalles, nos daban 1 hora y 1 minuto... ¡y no penalizamos! Esto a las 7 de la mañana, habiendo salido el día anterior a las 4 de la tarde... Aquellas asistencias de la época eran una pasada, con un gentío queriendo ayudar y un desorden importante, pero los coches se arreglaban y todo salía adelante.

El caso es que con el coche teóricamente a punto seguimos el itinerario, hicimos Estenalles sin aparentes problemas y el último tramo era La Flor de Maig, ya de día. En pleno tramo, el soporte se volvió a romper, supuestamente porque la soldadura era una solución de urgencia. Volvió a ceder, pero en una recta, y esta vez sí que estuvimos a punto de meternos una gran bofetada. Juvanteny, una vez más, fue muy hábil y supo parar el coche y, evidentemente, conducir con mucha prudencia en el tramo de enlace final hasta donde ahora hay el edificio del RACC, en Barcelona, que en aquellas épocas era un descampado donde hacían prácticas los coches de autoescuela.

El hecho es que llegamos los decimoterceros de la general, terceros de grupo 1 y segundos entre los FL 1800, nos ganaron por algo más de 1 minuto Agustí Torelló y Francesc Junoy. Estoy convencido que sin todos esos problemas habríamos podido ganarlos, ellos hicieron el 10 de la general y a nosotros nos separaron solo 5” de los decimosegundos, Josep Maria Jordà y Xavier Girbau, que iban con un Simca 1000 Rallye.

Llegamos destrozados, casi no habíamos comido nada desde la salida y el esfuerzo fue brutal. Además de los problemas descritos, hay que tener en cuenta que en aquel Cataluña de 1977 se hacían 19 tramos y 227 km de velocidad, todo en una noche. Sea como fuere, en el fondo de los recuerdos uno queda satisfecho de haber podido participar en gestas como esta que os he explicado.

© Josep Maria Montaner Fontarnau
18 de junio de 2024
JAS Info Service

- - - - - - - - - - - Versió en català - - - - - - - - - -

Competició viscuda: “Sin notas y a lo loco”

Per Josep Maria Montaner.

Fa uns dies, li vaig demanar al Josep Autet si tenia en el seu arxiu alguna fotografia de quan vaig córrer el Rallye Catalunya de 1977 amb en Lluís Juvanteny. És una de les poques curses de les que no en tinc cap de foto i tenia ganes de trobar-ne alguna per posar-la al meu arxiu personal. Dit i fet, vam mirar el seu immens arxiu i amb molta satisfacció van aparèixer dues imatges d’aquell ral·li, signades respectivament per en José Luis Cortijos i l’Ignacio Par.

Aquest fet em dona peu a escriu-re una petita –o gran!– historia d’aquella cursa. Jo ja n’havia fet algun de ral·li amb en Juvanteny, perquè els dos formàvem part de l’ambient de l’Escuderia Osona. Amb en Lluís i en Carles Miró, en Toni Cruells, en Jesús Rodríguez i en Joan Gimeno, entre altres, érem col·legues i jo solia saltar d’un habitacle a l’altre.

El tema es que en Lluís Juvanteny solia córrer habitualment amb en Jordi Salés, alies “Cucandrius”, o amb en Félix Urgell i no sé perquè em va demanar de córrer junts aquell Catalunya del Campionat d’Espanya. Què és el que va passar? Doncs que com que tot va ser organitzat a darrera hora, dels trams que és feien pel Vallès i el Montseny sí que teníem notes, però dels que es feien a Tarragona, no, perquè no es van poder entrenar. Això volia dir que hauríem d’anar a vista, la qual cosa feia molt difícil fer un bon paper en unes èpoques en que les notes ja eren un element gairebé imprescindible.

Total, que ens les van deixar en Josep Lluís Juvanteny i en Jaume Vizern, d’Olot. En Josep Lluís no tenia cap tipus de parentiu amb en Lluís, tot i que de vegades hi havia gent que es pensava que eren família, però no, no eren res d’això, amics i prou. El cas es que vam sortir al primer tram, Santa Càndia (entre Carme i Santa Maria de Miralles), i el tema no quadrava gens, però gens, els revolts i les seves dificultats no lligaven ni per casualitat i després de diverses emocions, en Lluís va dir-me: “llença aquests papers, que encara ens fotrem una hòstia!!”. Dit i fet, vaig obrir la finestra i els papers van desaparèixer amb rapidesa cotxe enrere.

El cas és que en Lluís Juvanteny es va defendre més que bé en aquells cinc trams a vista, no vam pas desentonar massa i vam acabar la primera etapa –que també acabava al lloc de la sortida, les Caves Segura Viudas– setens dels Seat 124-1800, a 1 i 2 segons respectivament de Culubret-Falcó i Palacios-Rodó, la qual cosa, donades les circumstàncies, no estava gens malament. Per davant hi anaven com avions Marcos-Altarriba, Serra-Pinedo i Mach-Arbós.

Pel Vallès ens vam defendre millor i quan vam arribar als trams propers a la comarca d’Osona, el tema va canviar, les notes quadraven perfectament i vam córrer força, jo diria que molt, ja que sovint fèiem el millor dels FL, combinat amb algunes retirades que hi va haver. En Juvanteny era molt bo i el seu FL 1800 molt afinat i ràpid, el portava el mecànic Jaume Jordà, de Manlleu. Però el tema és que els ensurts no van pas parar d’aparèixer. A la darrera passada per Coll de Rabell (16 km), me’n recordo com si fos ara, en un revolt en baixada on hi havia un d’aquells rètols publicitaris habituals a l’època: “Beber es preciso, Agua San Narciso”, publicitat del cèlebre manantial de Caldes de Malavella, es va sentir un gran “catacrac” i el cotxe va fer de sobte un estrany que per poc ens porta fóra de la carretera.

Resulta que es va trencar un suport del pont del darrere i el soroll i les batzegades convidaven a anar a poc a poc. De fet, ja ens vèiem retirats. Vàrem poder arribar amb penes i treballs a final de tram i l’assistència es va posar en marxa per intentar arreglar el desperfecte. En aquella època les assistències eren lliures i vam quedar que s’intentaria soldar abans de Tona, on abans hi havia Mobles Malla (ara hi ha l’Esclat)... però abans teníem que fer en aquelles condicions La Roca. Vam superar el tram amb penes i treballs i en arribar al lloc concret on havíem quedat en Jordà i els mecànics es van llançar sota del cotxe i van soldar el suport.

Ull amb la dada: teníem 51 km per anar des de la sortida de la Roca a la d’Estenalles i ens donàvem 1 hora i 1 minut... i no vam penalitzar! Això a les 7 del matí, havent sortit el dia abans a les 4 de la tarda... Aquelles assistències de l’època eren una passada, amb una gentada volent ajudar i un desordre important, però els cotxes s’arreglaven i tot tirava endavant.

El cas es que amb el cotxe teòricament a punt vam seguir l’itinerari, vam fer Estenalles sense aparents problemes i el darrer tram era La Flor de Maig, ja de dia. En ple tram, el suport es va tornar a trencar, suposadament perquè la soldadura era una solució d’urgència. Va tornar a cedir, en una recta, i aquesta vegada sí que vam estar a punt de fotre'ns una bufetada. En Juvanteny, una vegada més, va ser molt hàbil i va saber parar el cotxe i, evidentment, conduir amb molta prudència en el tram d’enllaç final fins on ara hi ha l’edifici del RACC, a Barcelona, que en aquelles èpoques era un descampat on hi feien pràctiques els cotxes d’autoescola.

El fet es que vam arribar els tretzens de la general, tercers de grup 1 i segons dels FL 1800, ens van guanyar per una mica més d’1 minut l’Agustí Torelló i en Francesc Junoy. Estic convençut que sense tots aquells problemes hauríem pogut guanyar-los, ells van fer el 10 de la general i a nosaltres ens van separar només 5” dels dotzens, en Josep Maria Jordà i en Xavier Girbau, que anaven amb un Simca 1000 Rallye.

Vam arribar destrossats, gairebé no havíem menjat res des de la sortida i l’esforç va ser brutal. A més dels problemes descrits, cal tenir en compte que en aquell Catalunya de 1977 es feien 19 trams i 227 km de velocitat, tot en una nit. Sigui com sigui, en el fons dels records un queda satisfet d’haver pogut participar en gestes com aquesta que us he explicat.

© Josep Maria Montaner Fontarnau
18 de juny de 2024
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