Por Antonio Arderiu.
Segunda etapa.
Al día siguiente amaneció soleado y caluroso. Salíamos a las 16 horas aproximadamente, y ya por otro orden, que no era el del dorsal. Tramo TR7: Darnius–Cistella pero otra versión. Con luz de día y asfalto húmedo pero sin llover. Seguíamos en la nube de que eso era pan comido. ¡¡Craso error!! En la bajada del pantano me olvide de que todavía era tramo y acelere a fondo, en unas rectas donde recogimos un fajo de puntos. Los vencedores scratch fueron Villasan–Gálvez, con un Golf GTI y unos misérrimos 4,9 pts. mientras en nuestra clase triunfaban Cristophe Bottasso–Anne Sophie Janelle, con un MG B GT. Merced al saco de puntos, acabamos los séptimos con 313 pts.
Después de un corto paseíllo por la zona de Banyoles nos enfrentamos al TR8: Espinavessa–Pujals, un tramo que salía de la carretera entre Figueres y Olot. En la salida hacia el tramo, una Mosso d’Esquadra nos hizo una foto y preguntó que a donde íbamos. Estuve a punto de contestarle que era obvio que íbamos a un sepelio, pero me contuve. El tramo era bastante insulso. Íbamos bastante bien hasta el km 21, donde había otro “encantamiento”. Este consistía en tirarse a la derecha para cruzar un pequeño arroyo seguido de un muy fuerte ascenso que se iniciaba con una curva retorcida que, para mas inri, estaba llena de gente. Aquí me puse nervioso (miedo escénico) y fallé al cambiar de marcha. Tuvimos que frenar y poner primera y, entretanto, perdimos mucho tiempo y nos cayó un saco de puntos. Aunque no debimos ser los únicos, pues acabamos el tramo 4º de nuestra clase, con Costa–Pumarola vencedores con 22,10 puntos. En el scratch vencieron Kini Muntadas–Jan Rosa con 15,50 pts. y en un 911 Carrera.
El enlace a continuación nos llevaba a Olot, hacia St. Miquel de Campmajor . El TR9 nos dejaba en Mieres (de la Garrotxa, Catalunya, no de Asturias) y fue un tramo sin gran historia. Comenzaba a anochecer y a caer una cuantas gotas. El tramo fue ganado por Ruiz-Ayucar–Rodríguez, con Porsche 911, y en nuestra clase por Cristophe Bottasso–Anne Sophie Janelle, con 15 puntos. Nosotros hicimos 28,8, lo que nos permitió ser los 5º de clase.
Tras cruzar Olot venía el TR10, Coll de Santigosa. Aquí empezaba lo bueno. Llovía y, en la salida, el control nos avisó de que en el km 2,3 había barro en la calzada. La media era apretada por lo que salimos alegres. Al llegar a la zona del barro, una serie de deslizamientos inapropiados nos hicieron ver que debíamos aflojar para no arriesgarnos a un más que seguro boinazo, así que hicimos la parte llana con mucho cuidado. Al llegar a lo alto del Coll, carretera seca y gas a fondo para recuperar. Y, no sé si Vds. recuerdan lo revirado que es este descenso pero, con un volante que parece un roscón de Reyes y unos frenos un poco tocados, hicimos lo que pudimos y quedamos 5º del tramo que fue ganado, en nuestra clase, por el ya citado Bottasso y su MG con 15 puntos y, en el scratch, por Esteban Munné y Olga Feliu y su Golf, con unos insultantes 5,10 pts. En estos momentos éramos los 3º de nuestra clase en el computo global y los 29 scratch.
Acabado el tramo, pusimos gasolina con la ilusión de acabar la etapa sin ulterior repostaje, antes de acometer el próximo tramo, Sant Salvador–Sant Ponç. Este arrancaba en la carretera del Capsacosta pero, después de unos km por la misma, venia otro encantamiento. Brusco desvío a la izquierda para coger un camino rural mal asfaltado, pasar por cruces y túneles y acabar de bruces en una cerca que, si no la enviamos a tomar viento, fue porque no era su hora. En este tramo debo dejar constancia de un hecho: En el trozo mas difícil, un sitio delicado, alcanzamos al equipo de Jordi Blay y Màrius Llongueras .Y, muy caballerosamente, se apartaron y nos dejaron pasar, en un lugar, insisto, difícil. Es un gesto que agradezco y que no es habitual, como me demostraron otros a lo largo de la prueba. Gracias a ello, acabamos quintos con 65,20 pts. en un tramo difícil que fue ganado, en nuestra clase, por Cristophe Bottasso y su MG y, en el scratch, por Kini Muntadas y su Porsche, con unos míseros 5 pts.
Un corto y rápido paseo nos llevo al Control Horario, previo tiempo suficiente para cenar en un lugar gastronómicamente sublime: Ca l’Enric. Cenar rabo de toro, o espárragos con parmesano, además de fideuas y arroces variados, “fromages affinés”, surtido de embutidos, etc. etc. no es habitual en los rallys en que lo mas normal suele ser “vedella amb bolets“.
Habiendo calmado el hambre, vuelta al coche para pasar el Control Horario y enfrentarnos al siguiente tramo. Entonces ya llovía bastante. El TR12 era el Coll de Santigosa de subida y vuelta a Sant Joan de les Abadesses. En la subida al Coll hice caso de los atinados consejos de Luis y estiré la segunda del vehículo hasta todo lo que pude, no sin gran dolor de mi corazón. Pero la cosa funcionó y subimos a buen ritmo, casi a la media, que alcanzamos en la cumbre. Cuando superamos el Coll, un invitado sorpresa a la juerga: la niebla. Esta nos acompaño hasta la entrada de un pueblo que se llama Vallfogona de Ripollès, donde tendría lugar otro “encantamiento“. Este no era otro que coger un camino rural teóricamente asfaltado (insisto en lo de teórico) que bajaba en descenso directo hasta el centro de Sant Joan de les Abadesses. Si fuera una esquiada, diríamos que era una pista negra. Ya podías frenar, ya, que con la pendiente y lo resbaladizo del camino el coche se iba solo. Para colmo, niebla y curvas retorcidas en la parte baja, además de grandes socavones, amenizaban el tramo, que fue ganado overall por Bracons–Silva, en un Peugeot 205 GTI, mientras en nuestra clase vencían Reboisson–Chovet, con un Volvo Amazon 1800 y 55,10 pts., seguidos por la versión deportiva de un John Deere, nuestro Zastava 101, con 83,40 puntos. Conservamos nuestra posición en el scratch.
El enlace más largo del rally venía ahora, pues nos desplazábamos hasta Manlleu para desviarnos allí para coger el tramo de Sant Andreu de la Vola. En el enlace nos cayó el diluvio universal. Íbamos siguiendo a las motos BMW y, la verdad, en algún momento temimos que se las engullera un charco de los que se formaban en la carretera.
El TR13 era La Vola. A mi siempre me ha sido antipático. Aunque es relativamente llano, es muy retorcido con curvas que no esperas, que no son lógicas. El asfalto, que debe ser bastante reciente, estaba sumamente resbaladizo como vimos cuando arrancaron las BMW delante nuestro, en que una de ellas derrapó. Además, llovía con cierta intensidad aunque la niebla había desaparecido. Bueno, no fue tan mal: 80,90 puntos y los cuartos del tramo que fue ganado, en nuestra clase, por Reboisson y su Volvo y, en el scratch, por Juan Pedro García–Sergi Giralt.
El siguiente tramo, TR14, era EL TRAMO, con mayúsculas, del rally. 57 km con carretera, camino rural asfaltado, varias zonas a 30, dos km de tierra y acabando en Collsaplana, Pla de les Arenes y Coll de Ravell, todo junto. Empezaba en la carretera de Folgueroles al Parador de Vic para, a los pocos km, encontrarte con un “macro encantamiento”. Este consistía en abandonar la cómoda carretera, coger un desvío que señalaba “camping“ e iniciar un descenso por un camino estrecho y resbaladizo. Al iniciar el camino advertimos que un Porsche venia por nuestra izquierda y se nos pegaba.
Pensamos que debía ser un local que “iba de carreras“ y le hicimos señas de que pasara, cosa que no hizo. Mas adelante, en un cruce en forma de Y desapareció. Seguimos por el ramal izquierdo hasta que, el mismo, nos volvió a situar en la carretera poco antes del desvío del camping. Entonces entendimos lo del Porsche misterioso, que no era sino un participante anterior que había hecho el bucle. En el cruce en forma de Y, esta vez debíamos girar a la derecha y es lo que nos había sorprendido antes. Hasta que no llegamos a Sant Sadurni d’Osomort tuvimos de todo: buen asfalto, mal asfalto, socavones, trozos de tierra, núcleos habitados, el camping en su totalidad, etc. etc.
Luego, al llegar a la carretera de Collsaplana, segunda y gas para ponerse en media pero, al llegar arriba, nuestra conocida: la niebla volvió a aparecer y no nos dejó hasta Coll de Ravell, por lo que todo el trozo llano y el Pla de les Arenes lo hicimos casi sin ver nada. En medio de la niebla alcanzamos a Víctor Sagi con su Porsche avión y nos pegamos a él con la secreta esperanza de que nos abriera camino. El debió de pensar lo mismo porque, más adelante, nos hizo señas de que le adelantáramos y se pegó a nosotros. Y así, con este juego, ahora tu, ahora yo, que duró bastante, pasamos la niebla y llegamos a Arbúcies. Vencedores scratch del tramo fueron Garrigolas–Boix, con unos ofensivos 402,20 pts. y, en nuestra clase, ¡¡el Zastava!! con 4.094,60 puntos, seguido de Simon Malins y Suzie Barker, en un Hilman Hunter, con 7201,70 pts. En este tramo, desafortunadamente, ya vimos algún boinazo importante, pero es que la ruta se las traía.
Agotados por el tramo en cuestión, hicimos el enlace a paso de tortuga hasta el siguiente TR15, Sant Feliu de Buixalleu–Massanes, cuidando, además, el consumo, porque ya íbamos en reserva y, al ser de noche ya avanzada, todas las gasolineras en ruta habían cerrado. El tramo era difícil y con dificultad añadida por las lluvias que habían dejado muy sucia la resbaladiza calzada. Vimos muchos trompazos, incluso uno doble, que nos forzaba a hacer una especie de chicane. Llegamos a contar 10, entre este tramo y el anterior. Para colmo, acababa en un encantamiento alrededor de Massanes que exigía mucha atención en la navegación, pues estaba trufado de cruces que no se veían. Y seguía lloviendo. Vencimos el tramo en nuestra clase con 324 pts., seguidos de Reboisson, con 504. Al scratch venció Juan Pedro García con su AX de carreras y 18,20 pts.
Acabado el tramo, lo más urgente era encontrar gasolina, así que nos desviamos del itinerario y nos metimos en Hostalrich, donde, en un supermercado, encontramos una de esas gasolineras 24h y pudimos repostar. En aquel momento la lluvia se recrudeció de lo lindo y, al reintegrarnos al itinerario, vimos a los de las BMW aparcados en una rotonda soportando el chaparrón mientras revisaban alguna cuestión mecánica. Otro insulso enlace nos llevaba al último del día, el TR16 Salions (o Tossa)–Sant Grau, donde afortunadamente ya no llovía. Este volvió a ser un tramo de segunda a fondo. La única discordancia en nuestro equipo era que Luis insistía, con razón, de apretar la segunda al máximo pero yo, que soy un friki de los coches, me empeñaba en conducir en marchas más largas, a la nórdica, pero cuesta más recuperar a las salida de las paellas y curvas delicadas. El truco fue bien y en un tramo poco adecuado al Zastava, con fuertes subidas y asfalto rugoso, hicimos el cuarto puesto de nuestra categoría con 303 pts., categoría que fue ganada por Reboisson, con 91,70. Al scratch venció Carles Bracons, con su Peugeot 205 y 23,20 pts.
Llegamos al parque cerrado de Palamós con 20 minutos de adelanto pero absolutamente derrengados. Eran casi las 4 de la madrugada y hacia 12 horas que estábamos en el coche. Permanecíamos en el puesto 29 de la general, pero habíamos subido al 2º de la clase.
Raimon d'Abadal, 29 • 08500 Vic | 938 852 256 | jas@jas.es