Las aventuras de un logístico de los rallyes (Cap. 1) 



Por Manel Martínez Simón.

En 1972, cuando tenía 10 años, mi abuelo compró en un concesionario Renault un R-12 S y con la compra le ofrecieron una suscripción gratuita a la revista “Motor Joven”, editada por FASA-Renault, para poder dársela a sus nietos. Eso fue todo un hito en mi vida. A través de esta revista descubrí a los mosqueteros Andruet, Darniche, Nicolàs y Thérier. Y gracias a esta publicación pude tener los primeros posters pegados en las paredes de mi habitación ¡las berlinetas Alpine! Uno de estos Alpine, el de Jean-Pierre Nicolàs, ¡todavía lo conservo!

1980. Parada obligatoria de los estudios debido a la precaria economía familiar. Primer empleo en un taller que, oficialmente, buscaba “alguien joven para la oficina y otros trámites”. El fin de semana anterior a mi entrevista de trabajo, el Lancia Stratos de un tal Eduardo Balcázar acababa de ganar el Rally de Ourense del Campeonato de España. La información sobre ese rally la conseguí leyendo la revista “Autopista”.

Cuando llegué al llamado “garaje” que me había contratado, Tram (prueba especial en catalán), lo primero que vi fue... ¡el Stratos “Caroche” amarillo de Balcázar! Y, además, rodeado de otros coches maravillosos: Escort Gr. 4, 911 Gr. 4, varios Seat FU, fórmulas Selex de montaña, un Kadett GT/E Gr. 1... Pensé al instante “no sé cuál es el trabajo que tengo que hacer pero… ¡yo me quedo aquí!”.

Primer rally como asistencia (solo limpié los cristales y conduje un poco el Seat 124 de asistencia): el famoso RACE de 1980, en Marbella, donde Bernard Béguin (Porsche 911 SC-Meznarie) y Antonio Zanini (Porsche 911 SC-Alméras) se disputaban el Campeonato de Europa y en el que Béguin fue descalificado debido a unos eleva cristales que no cumplían con los requisitos o alguna tontería aparente así.

Primeros viajes, a menudo “en solitario”, a Francia; a Favolini, en Balaruc-les-Bains; a Génova, Italia, a University Motors; también a Biella, a la sede de Maglioli para comprar repuestos para el 911 y el Stratos. Con 18 años y siempre en un Fiesta 900cc de alquiler, 0 km en el contador, cada viaje era una auténtica aventura, ¡con controles fronterizos para pasar y todo!

Para que conste, dichos Fiesta, por nuevos que fueran no pasaban, pisándoles a fondo, de 100-110 km/h cuando salíamos de Barcelona. A la vuelta, sin que nada se hubiera roto ni movido, ¡¡llegaban a 150-160!! La empresa de alquiler nos guardaba los coches nuevos porque nos decía que los que nos dejaban... ¡¡luego funcionaban mejor que los demás!!

Nuestra forma de viajar era muy sencilla: ¡a fondo de Barcelona a Génova y a fondo de Génova a Barcelona!

1982-2000. Trabajos varios como mecánico “normal”, pero haciendo algunos “pequeños coches de competición” a nivel regional y vendiendo accesorios de carreras (amortiguadores Selex, material de Iresa, Sparco, OMP, etc.). Durante estos años fui uno de los socios de Tallers Copa 22, junto con dos otros ex-Tram. Luego separamos la venta de accesorios del taller y yo continué con la parte de ventas desde casa.

Durante unos años publiqué la Agenda Racing que pude vender bastante bien pero pronto vi que tenía fecha de caducidad con la llegada de internet. Hasta Auto Hebdo utilizó la agenda como premio para sus suscriptores. Todas las fotos me las proporcionaba Jordi Camp (Fotocursa), a cambio de unos cuantos ejemplares personalizados.

La verdad es que no puedo explicar muchas cosas más de esos años. Fue una época no muy buena, trabajando para Eissmann, vendiendo coches en miniatura en quioscos y librerías. Estuve como unos tres años trabajando en Selex, en el mostrador de la calle Córcega. También hice de mensajero en coche. Cuando Iresa cerró, estuve viviendo cerca de un año en Lleida, durante la semana, trabajando para una de las ramas de negocio que se crearon tras el cierre, no recuerdo el nombre, con Francesc Modol. Nada que valga la pena explicar.

¡Calla! Se me ocurre una vivencia en una travesía Barcelona-Andorra organizada por Sólo Auto 4x4 en 1987. Era una excursión todo terreno con una única prueba competitiva: Orientación nocturna con brújula. La ganamos con un cliente de nuestro Tallers Copa 22, Francesc Sanjuán, con su Suzuki SJ 410. Él de piloto, yo de copiloto. El premio: una excursión 4x4 por Marruecos ese mismo año, el 2º Raid Fanta Patrol. Éramos (casi) el único Suzuki rodeados de un montón de Patrol.

No he pasado nunca tantos nervios como en Andorra en la entrega de premios. Después de haber hablado con muchos de los otros participantes, sabíamos que lo habíamos hecho bien, muy bien. El caso es que empezaron a nombrar a los equipos por el 10º clasificado y fueron subiendo. Se hizo eterno. Además, para anunciar a los ganadores, hicieron subir al escenario a Miguel Prieto y el asunto aún se alargó más. Nos decíamos, "o somos primeros o hemos hecho el porras", ¡¡y fuimos los primeros!!

Después de Marruecos, Francesc se animó a correr y yo hice de copi las dos primeras carreras: Travesía del Desierto Polar, en Teruel, y Montes de Cuenca. Las dos en 1988. Después, pedí a Santi Brustenga que le hiciera de copi a Francesc, mi trabajo no me lo permitía.

2000-2001. Servicio en WRT (pruebas para los equipos del WRC con Alex Romaní). La Noche de Reyes de 2000, a través de un amigo común (el fotógrafo Jordi Camp), Alex Romaní (que acababa de firmar con Luis Climent como copiloto oficial de Škoda para la temporada 2000), me llamó para ofrecerme la coordinación de los test para los equipos del mundial en Catalunya. Sin pensarlo mucho (por única vez en mi vida) y sin tiempo para dejar mi trabajo en ese momento de manera elegante, comencé al día siguiente (Día de Reyes, un día festivo en España) haciendo el reconocimiento de las ubicaciones que utilizaría Prodrive… ¡¡siete o diez días después!!

Llegó a Barcelona, para unirse a nuestro equipo de pruebas: Christèle Germain, nieta del alcalde de Le Nayrac (Aveyron). Alex Romaní había conocido a Christèle durante una sesión de pruebas de Škoda en la base de Nayrac y la había contratado para hacer la temporada de ensayos de los equipos, desde enero hasta el Rally de Catalunya, que en aquella época se disputaba muy a primeros del mes de abril.

Tres meses de locura con pruebas continuas (a veces teníamos tres equipos diferentes trabajando en tres bases diferentes el mismo día) con Subaru (Burns, Kankkunen y Jean-Joseph + Tom Hunt), Mitsubishi (Mäkinen, Loix + Bernard Lindauer), Škoda (Schwartz, Climent + Pavel Janeva), Hyundai (A. McRae, Eriksson + Calvin Cooledge, después de Rodger Jenkins), SEAT (Auriol, Gardemeister + Jaume Puig), Citroën (Bugalski + Didier Clément) y otros como el Subaru All Stars (Dor y Al-Wahaibi), Fiat (Biasion), Opel con el Corsa y otros conductores privados.

Ninguna sesión para Peugeot Sport ni para Ford M-Sport porque tenían otro contacto además de Alex para los test en Cataluña. Como anécdota, el miedo que pasé el día que, con el Team Prodrive siguiéndome (con un semirremolque y otros camiones y vehículos detrás), de noche y en medio de una espesa niebla, en el bosque y por caminos de tierra, camino a una base de pruebas donde solo había estado una vez antes… ¡¡a pleno sol!! Sólo temía una cosa, haberme equivocado de camino y llegar a un lugar donde sería imposible que el camión pudiera dar la vuelta. Afortunadamente… todo terminó bien.

Con el equipo Subaru All Stars estábamos unos días en Málaga con Hamed Al-Wahaibi, en una base para pruebas sobre tierra. Antes del mediodía, el piloto dijo que se sentía mal y me pidió a mí, no al coordinador de Prodrive y al mismo tiempo su copiloto, Paul Howarth, o a alguien de su equipo que lo acompañara al hotel.

Me pongo al volante de mi Vitara de alquiler, muy estresado con el omaní a mi derecha, enfermo, y tras abandonar la zona, me cuenta: “Mis amigos me han hablado muy bien de Marbella y no la conozco. ¿Quieres venir a visitarla conmigo? ¡Te invito a almorzar!”.

Después de ducharnos en el hotel, salimos hacia Marbella y almorzamos… ¡¡en un restaurante japonés!!

Tengo otra anécdota con Guy Fréquelin, pero no es publicable… Bueno, va, la cuento, ya hace mucho tiempo de eso. En aquella época, yo tenía un Alpine A-310 V6 (el que hizo correr luego Joan Argemí). Teníamos tests con Citroën y me avisaron que vendría Guy Fréquelin. De memoria diré que Fréquelin había sido Campeón de Francia a mediados de los 70 con uno de esos coches. Yo pensaba que por ese motivo tendríamos tema de conversación. La realidad fue que, estando yo al principio del tramo vi llegar, a lo lejos, un coche a la base y en unos minutos comprobé que alguien empezaba a caminar hacia mi. Sí, era Fréquelin.

Al llegar a mi altura me llamó, sin decir ni tan siquiera el «bonjour» obligatorio de todo buen francés, para decirme : «est-ce que vous avez un extincteur?». «Oui, oui, devant ma voiture», le dije yo, para continuar con «et un couverture thermique?»… Después, en la comida, el equipo que cerrábamos la carretera esperamos a que el equipo Citroën se sirviera y, cuando empezamos a zampar, oigo: «Ehhh!! Chef!! ¿Cómo es que la comida de los pilotos está fría?».

Me giré y le dije, y lo escribo en español porque es más largo: «Ofrecí dos opciones para el almuerzo, hecho en el lugar o traído de un restaurante cercano. Didier Clément confirmó que quería la segunda opción, más económica. En el tiempo que se tarda en llegar y prepararlo, puede que la comida se enfríe un poco». A los pocos segundos oí detrás mío una voz cuchicheando, “Manel, je n’ai rien dit, c’est Guy qui a tout inventé». Era Coco Chiaroni, el copiloto en cuestión.

Al cabo de tres meses de trabajo, Christèle regresó a Francia y envió su currículum a Citroën Sport pero fue contratada para la logística de Peugeot Sport (los dos equipos compartían las instalaciones de Vélizy).

Abril 2001-Enero 2005. Desde Peugeot Sport me llamó Christèle (yo seguía trabajando con Alex Romaní) para pedirme que enviara mi CV a Peugeot Sport, departamento de logística, porque buscaban a alguien más para el departamento. Le pregunté si podía pensar en ello primero, pero Christèle me ordenó que lo enviara, lo cual hice… y comencé a trabajar en Vélizy a finales de julio de 2001.

Los mejores años de mi vida pasaron muy, muy rápido, en Peugeot Sport. Allí conocí a mi esposa y madre de nuestros dos hijos, Luciana, durante el Rally de Argentina de 2003. Trabajaba en el departamento de reservas en el Hotel Portal del Lago, en Villa Carlos Paz, donde se hospedaba el equipo.

Como anécdotas… Primera sesión de pruebas como empleado de Peugeot, en el Col de Braus, tres o cuatro días después de mi llegada a Vélizy. Empezamos la sesión con un piloto (no recuerdo quien era, pero puede que fuera Andrea Aghini porque era el piloto de pruebas de asfalto). El segundo día llega un coche a la base con Didier Auriol al volante y Denis Giraudet, obviamente, a su derecha.

Denis se baja del coche y viene a saludarme: “Hola Manel”. Me sorprendió, no que Denis viniera a saludarme, ¡¡sino que recordara mi nombre!! Aunque habíamos hecho bastantes sesiones de pruebas con SEAT ¡¡yo sólo era el chico que coordinaba los ensayos en Catalunya!! Sólo el señor Giraudet podía hacer eso.

Otra. No sólo perdemos las maletas cuando viajamos en avión: México 2004.

Llegué pronto, como es habitual en eventos en el extranjero, para recibir los contenedores y me dirigí al aeropuerto de Guanajuato el día que llegó el grueso del equipo, alrededor de las 10 o 11 de la noche. Los primeros empiezan a irse y todos me gritan lo mismo: “¡Jean-Charles (Flattin, uno de los mecánicos) se quedó en el aeropuerto de Ciudad de México! ¡Jean-Charles se quedó en el aeropuerto de Ciudad de México!”.

Los calmé y les pedí que me contaran lo que pasó. De hecho, todo el grupo llegó a México, desde París, y todos tenían sus tarjetas de embarque para el vuelo de conexión a Guanajuato. Resulta que comenzó el embarque y el grupo Peugeot Sport iba entre los pasajeros. En un momento dado, en la puerta del avión la azafata impidió la entrada de más pasajeros, aduciendo que el avión estaba lleno. Jean-Charles fue el primer “no permitido a bordo” y el ÚNICO de Peugeot Sport. Ya no quedaban más asientos libres...

Regresé al hotel, era más de medianoche y era imposible localizar a Jean-Charles por su móvil. No habla español. Llamo a AeroMéxico y después de marcar varios números me encuentro con una señora que me confirma que Jean-Charles se quedó en México, se ha alojado en un hotel y me informa del número de teléfono, así como del vuelo en el que llegará a Guanajuato al día siguiente. Llamo a ese hotel y la respuesta es: “No, no tenemos al señor Flattin en el hotel, de hecho hoy no tenemos a nadie enviado por AeroMéxico”. Intento comunicarme con la señora de AeroMéxico y… ya no hay respuesta.

Al final, pasé la noche “con una persona del equipo perdida en el desierto” y me presenté en el aeropuerto a la mañana siguiente. Afortunadamente, Jean-Charles llegó en el vuelo previsto.

Último. Fue en 2003. Recibí una oferta, procedente de Peugeot Sport, para organizar y gestionar una Copa 206 en México. Recién empezaba a ver los detalles con el manager del asunto cuando este hecho llegó a oídos de Jean-Pierre Nicolàs, director, y Xavier Carlotti, team manager del equipo en ese momento.

Me llamaron desde la oficina de Dirección, donde ambos me estaban esperando... y sonriendo. Pregunta de Jean-Pierre: “¿No se siente cómodo con nosotros?”. Inicio de mi respuesta: “Nunca he estado tan…”. Fui interrumpido por Jean-Pierre que me dijo, sin dejar de sonreír, “así que ya no tenemos nada más de qué hablar”. ¡El asunto de México terminó en ese momento!

Pilotos con los que trabajé en PS: Andrea Aghini y Sebastian Lindholm como pilotos de pruebas de tierra y asfalto, respectivamente. Grönholm-Rautiainen, Rovanperä-Pietilainen, Panizzi-Panizzi, Auriol-Giraudet, Burns-Reid, Loix-Smeets, Martin-Park (este último sólo para una sesión de prueba en Clèlles y en el Monte-Carlo 2005). Además: Bouffier, Robert, Vouilloz…

Fin capítulo 1.
Capítulo 2: Martes 21 de enero , 19 h.

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