Por Josep Autet.
Todos los periódicos de la zona de la franja reprodujeron el pasado domingo idéntico texto: “Un motorista vecino de Tarragona falleció ayer en un accidente en el km 79,1 de la carretera N-230 en el término municipal de Viacamp y Litera (Huesca). La víctima, un hombre de 66 años, sufrió un accidente alrededor de las 10.30 horas del sábado 16 de julio de 2022. La motocicleta que conducía la víctima y un coche chocaron de forma frontolateral, falleciendo al instante el conductor de la moto y resultando herido leve el del automóvil”.
Este es el resumen de la fría nota de agencia. La tragedia para los que conocíamos al motorista afectado es que era Pedro Arnella París, amigo de los años de TAC y de centenares de personas que en dicha escuela y en TCC le trataron a lo largo de años y décadas. Pere Arnella era una de las personas más concienciadas y volcadas en la seguridad motociclista. ¿Qué le pudo pasar a alguien tan experimentado y consciente de lo que era llevar una moto como Pere? Las circunstancias aún están confusas, el atestado de la Policía podrá esclarecer el accidente, pero no nos toca a nosotros ahondar en el, lo realmente doloroso es que Pere Arnella se ha ido. Y además haciendo lo que había convertido en su estilo de vida: el mundo de la motocicleta.
Habría que retroceder hasta la segunda mitad de los años 70 para descubrir a un joven Pedro Arnella París competir en velocidad en los circuitos españoles de aquel entonces. Eran tiempos que de pistas permanentes sólo existían Jarama y Calafat, el resto de circuitos eran urbanos. Desde prácticamente su mayoría de edad Pedro participó en competiciones como Júnior, a los mandos de una Montesa de MotoBlitz (empresa creada por Miguel Escobosa) con la que obtuvo diversos éxitos –entre ellos dos victorias, en Jarama y Castellón–, que hacían entrever sus posibilidades, con el inevitable servicio militar obligándole a la parada de un año.
Fue en 1979, recién licenciado, cuando desarrolló su gran temporada. Le compró una Yamaha 250 a Jaime Alguersuari y disputó con ella la totalidad del Trofeo Nacional Senior. En los circuitos permanentes lograba victorias fruto de un estilo rápido e inteligente, trazando muy bien y sabiendo frenar tarde, aprovechando así las posibilidades de la moto y las suyas propias. En los circuitos urbanos, por el contrario, Pere no se sentía a gusto al no poder exprimir su marcado estilo de pilotaje de pista.
Aquel año 1979 ganó en Calafat y Jarama, con un segundo lugar también en Calafat y un 4º y un 7º en las calles de Guadalajara y Jerez, respectivamente. Fue subcampeón del Trofeo Nacional Senior, sólo 3 puntos por detrás de Pere Solé, que también pilotaba una Yamaha. Una avería no le permitió correr en Montjuïc pero aquella misma temporada hizo su primera carrera en la categoría “Súper”, en la que estaban los grandes pilotos: Nieto, Grau, Tormo, Morante, Ricart, Pérez-Rubio, etc. Este debut tuvo lugar en el “Superprestigio” Solo Moto de Calafat, con la flor y nata española y algún piloto extranjero. Pedro finalizó 7º absoluto, justo por detrás de José María Mallol, acabando 5º en la primera de las dos mangas.
El futuro deportivo parecía prometedor pero los resultados no llegarían más a ese nivel. Apoyado principalmente por el taller-concesionario “Máquina” (creado entre otros por el citado Alguersuari), por sus amigos y por su propio hermano Joan, Pere combinó carreras de velocidad con otras de resistencia con Iván Galofré, pero los costes y el paso del tiempo le hicieron retirarse de la práctica activa. A Pere Arnella no le gustaban los trazados urbanos pero se defendió bien en ellos, uno de ellos el difícil Gran Premio de Velocidad de La Bañeza.
Subir de categoría y objetivos significaba tener una moto mejor y también más medios para competir con garantías. Pere no pudo proseguir durante mucho tiempo con su escalada deportiva y fue al llegar a ese punto cuando entraría decidido en la actividad en la que ha estado involucrado desde aquellos años y hasta su fallecimiento el pasado sábado: la formación motociclista y también automovilista, destacando también en otras actividades en las que tenía talento, como el diseño en todas sus facetas y la informática.
Proveniente de Sacisa en Calafat y luego Can Padró, su hermano Joan había creado en 1984 TAC (Tècniques Automobilistiques de Conducció), escuela que se basó a partir de aquel año en el circuito de Sils. Pere hizo equipo con su hermano Joan como Jefe de Monitores y Responsable del Área de Formación, además de desarrollar la gestión administrativa general, convirtiéndose en una especie de ángel de la guarda de la estructura que poco a poco fue creciendo principalmente por las extraordinarias cualidades didácticas de Joan en todas las parcelas de TAC. Pedro se involucró a fondo y aprendió mucho de toda aquella vorágine que significaron los primeros años de la pionera escuela.
En TAC estuvo hasta 2013, siempre involucrado al máximo en los cursos de conducción y perfeccionamiento de coches, motos, furgonetas y todo terreno. Fueron casi 30 años de actividad a tope a nivel de toda España (la base fija de la escuela fue itinerante: Sils, Calafat, Circuit de Catalunya y Albacete) que consolidó a TAC y al propio Pedro como gran especialista en esta materia, ayudado por un carácter afable y paciente que le hacía ser muy apreciado por alumnos y clientes. Al mismo tiempo dio salida a su inquietud como diseñador gráfico y web, lo que le permitía añadir un plus a sus cualidades como formador.
Cuando dejó TAC pasó a ser durante un año Test Driver en IDIADA Applus+ en su sede de El Vendrell, probando vehículos de todo tipo en el departamento de Durabilidad. Pero la moto siempre fue su gran vehículo y la entrada como monitor de conducción en TCC (Tècniques de Conducció i Control) le consolidó como el gran profesional que ha sido en este campo, especializándose definitivamente en las dos ruedas, trabajando como formador en la escuela Honda y en el Servei Català de Trànsit, entre otras empresas e instituciones. Entró en TCC (empresa creada por Ferran Roca, quien ya había estado en TAC) en octubre de 2016 y éste ha sido el lugar donde ha desempeñado su labor los últimos años hasta el mismo día de su muerte. Precisamente había estado desarrollando un curso en la zona de Pont de Suert y el sábado estaba viajando en una de las motos hasta Tarragona, en cuya provincia residía.
Hace escasamente un año publicó el libro “Manuel de Supervivencia en Moto”, publicación que aporta la versión particular de Pedro en técnicas y recursos de conducción para facilitar la consecución de uno de los principales objetivos no reconocidos de todo “motero”: la supervivencia. Una gran ironía del destino ha hecho que ese gran profesional que era Pedro Arnella haya sucumbido precisamente conduciendo una moto.
Pere era muy apreciado en su entorno. Tímido y reservado hace años, aunque con carácter, Pere Arnella había ido evolucionando personalmente hasta convertirse en un hombre de trato exquisito, con facilidad de comunicación, eficiencia y capacidad para obtener lo mejor de la gente que le rodeaba.
La familia Arnella-París tuvo 11 hijos y Pedro era el 9º de ellos. De Joan Arnella es bien conocida su actividad global en el sector de la automoción ya comentada, en la que ha destacado como piloto, copiloto, formador y empresario. Jaume Arnella, cofundador del Grup de Folk, es un muy conocido cantautor catalán, Creu de Sant Jordi 2001; y Mercè Arnella fue compañera de uno de los creadores de la Companyia Elèctrica Dharma, Josep Fortuny, fallecido en 2013.
Pere Arnella París nació el 29 de junio de 1956 y ha fallecido el 16 de julio de 2022. Nuestro más sincero pésame a Isabel, su compañera, y a sus 10 hermanos, con uno de los cuales, Joan, nos une una muy estrecha relación. Descansa en paz amigo Pere.
JAS Info Service
17 de julio de 2022