8è Rally Catalunya – Costa Daurada Legend 

Competición vivida: un rally dividido en dos partes (1ª) 



Por Josep Autet.

Cuarta prueba del CERVH y cuarto resultado. No podemos quejarnos en absoluto, la cosa funciona y la holgada diferencia en puntos de que disfrutamos en la provisional de Pre90, si bien contrasta con la exigua distancia que le llevamos al siguiente clasificado en la general absoluta, colma con creces nuestras expectativas de principio de temporada.

El Rally Catalunya – Costa Daurada Legend es para mi como un rally propio, desde la primera edición he estado involucrado en los temas de comunicación y este año, aún corriendo, nuestra responsabilidad desde JAS ha sido casi la misma. En todo caso, ser el copiloto de Jordi Ventura hacía cambiar por completo mi orientación durante la prueba, como es lógico.

En los rallyes que diseñan nuestra campaña 2024 hemos vivido de todo y en este de Reus el asunto no iba a ser distinto. La configuración a dos jornadas, con unos tramos en su conjunto muy bonitos, variados y técnicos, eran buenos para nuestro coche… el Ford Sierra RS Cosworth, por fin a punto tras una profunda revisión de motor, electrónica y sistema eléctrico, un rearme general del vehículo que, al no haberlo podido probar en competición en el Rally Empordà, como estaba previsto, lo ensayamos en una breve toma de contacto en el Circuit d’Osona, instalación contigua a Baporo donde pudimos comprobar que todo marchaba.

Entrenamos bien el rally, habíamos hecho las notas antes de Pravia y eso nos permitió afrontar los auténticos reconocimientos yendo directamente a perfeccionarlas. Tomar notas y repasarlas al menos una vez te coge siempre un día entero, por eso lo hicimos con margen, así la semana del rally pudimos trabajar sobre una base muy sólida.

Las expectativas eran altas porque por fin disponíamos de una máquina para ver donde estábamos respecto a los rivales mejor equipados. Esta vez nos fue adjudicado el nº 1, lo que contribuía a hacer que el evento fuera una especie de reestreno. En mi caso, hacía 31 años que no abría un rally con el número 1 en las puertas, Jordi algo menos, pero en todo caso ambos teníamos los ojos abiertos como platos y así arrancamos de Salou dirección La Mussara.

Tiempo seco, caluroso y el tramo que empieza en Vilaplana ante nosotros. En los 2/3 primeros km. Jordi condujo con cierta precaución para ir dándole más al pedal a medida que se acercaba la zona de paellas. Tras dos rallyes con el Golf, Ventura se reencontraba con su Sierra casi tres meses después de haberlo conducido por última vez, en el Costa Brava, por lo que el ritmo a aplicar tenía que ser asumido con plena conciencia: 7’14”2, a 11”2 de Muniente-Louzao y su notable BMW M3. Fue un buen comienzo. El siguiente tramo era Farena (la parte final del mítico La Riba), con una bajada revirada, rectas enlazadas por curvas rápidas en pendiente y fuertes frenadas: 6’38”7, a sólo 1”4 de nuestro principal rival. No estaba mal, íbamos aproximándonos a nuestro ritmo. Teníamos un retraso de 12,6 segundos sobre el M3 Pre2000, al tiempo que nuestros rivales de los Subaru 4x4 Pre90 iban quedando paulatinamente distanciados: Barragán-Sánchez a 24”9 y Sainz-Cancela a más de 1’40”, en este caso tras sufrir un pinchazo en la primera especial.

Al salir de la neutralización de Reus primer susto y además poco normal. Resulta que la pendiente de bajada del podio era demasiado pronunciada para nuestro vehículo y, al iniciar el descenso, el tubo de escape (es lateral, sale por debajo de mi posición) quedó literalmente atascado justo en el ángulo de la plataforma con la rampa, hasta el punto que patinaban las ruedas cuando Jordi intentaba superar el “obstáculo”. Total, que con algo de desconcierto general retrocedimos y la organización nos abrió paso apartando las vallas del contorno del podio. El promedio para llegar a la asistencia era holgado y nos sobró tiempo para entrar en el control. Luego, en los 40’ de servicio, los chicos de Baporo lograron fijar el escape en su sitio, ya que en el lance se habían arrancado los soportes que lo sujetaban.

Segundo giro a los dos tramos anteriores. En La Mussara-2 Jordi ya le dio cera desde el mismo inicio, atacando claramente todo el tramo a pesar de que en las paellas y las curvas medias el coche se movía más de lo deseado. Llegamos al final con la sensación de haber corrido bastante más que en la pasada anterior, pero ¡oh sorpresa! empeoramos 6” nuestro anterior registro, aunque si tenemos en cuenta que el M3 también empeoró su crono –más de 14”– y los coches que iban a continuación también, quedó claro que el tramo no estaba rápido y aquellos movimientos del coche al acelerar podían ser el motivo de conceder décimas al crono.

En ese momento estábamos a 15”7 de los líderes, curiosamente la misma diferencia que nos separaba de nuestros compañeros Joan Riberas-Álvaro Menéndez y su Porsche 911 SC. Por detrás, teníamos a más de 40” al primer Subaru Turbo Pre90. El asunto funcionaba y todos esperábamos expectantes la llegada de Farena-2, de noche, toda una incógnita que Ventura ya catalogó de oportunidad en los entrenamientos nocturnos que hicimos a esta especial.

Parrilla de faros iluminando la arboleda de enfrente: 3, 2, 1 y 0… arrancamos con una concentración suprema, Jordi pilotó realmente muy bien durante todo el tramo, con un ritmo constante, pasando las horquillas sin perder nada de tiempo, acelerando y reduciendo en el punto donde tocaba, pasando con una velocidad notable las rápidas y frenando en su lugar, nada de guardarse demasiado margen… ni apurar en exceso. Si alguien conoce el tramo entenderá que los últimos km de Farena son una zona endiabladamente veloz en la que hay que tenerlo muy claro. Allí fue donde diseñamos el scratch: 9”9 sobre Muniente-Louzao.

Es importante comprobar el asunto de final de tramo con los datos que facilita el cronometraje: si en el punto intermedio les sacábamos 3”3 a Muniente-Louzao, al final llegamos 9”9 por delante de ellos. Puedo garantizaros que desde dentro se notaba que íbamos para nota. Con lo antes comentado queda claro el nivel de pilotaje de Jordi Ventura, pero además el Ford y las Pirelli, con el fresquito de la noche (arrancamos a las 10 en punto), funcionaron de perlas y el ataque de final de jornada también funcionó perfectamente, tanto que llegamos al parque de Reus con sólo 5”8 de retraso sobre el máximo favorito del CERVH. Con todo, nuestros rivales en Pre90 estaban ya a más de 59”, lo que nos permitió acostarnos muy satisfechos por nuestro rendimiento general.

Es curioso pero cuando vives minutos de tensión y entrega y llegas a la cama con la satisfacción de que el asunto ha funcionado, cuesta mucho conciliar el sueño, al menos en mi caso y edad. Pero dormir es indispensable para recobrar fuerzas, justo lo que voy a hacer dentro de poco, por lo que os emplazo a mañana para la segunda parte de este rally, una etapa que será radicalmente distinta, ya aviso. Hasta mañana…

© Josep Autet
11 de junio de 2024
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