Por Víctor Sabater.
“Jorge me llamó a principios de 1981 para que comenzara a correr con él en el Rally Costa Brava. Ahora no recuerdo porqué pero el caso es que no me fue posible acompañarlo en este rally, en el que salió con Núria Llopis. No tuvieron suerte y se retiraron por problemas eléctricos.
En 1981 Rothmans, que ya le había apoyado la temporada anterior, puso una buena cantidad de dinero a disposición de Jorge de Bagration con el objetivo de ganar el campeonato, lo que le obligó a replantearlo todo y ese fue el motivo por el que Jorge y el patrocinador pensaran en mi.
Tampoco recuerdo porque pero en el Montseny-Guilleries no pudimos salir, de modo que nuestro debut como equipo tuvo lugar en el RACE de Alicante. Jorge siempre fue conmigo muy amable, atento, exigente pero correcto en las formas, lo que propicio que rápidamente cogiéramos confianza mutua y las cosas funcionaran bien.
En el RACE notó el cambio de copiloto especialmente en la lectura de las notas, además durante el rally tuvimos algún problema con los interfonos pero todo eso no fue obstáculo para conseguir una muy buena segunda posición, a muy pocos segundos de Vudafieri y su 131, lo que hay que considerar como un buen debut.
En esos inicios yo intenté aportar detalles en la descripción de las curvas, sugerencias en las notas que poco a poco fuimos incorporando y que considero contribuyeron a que fuéramos rápidamente a mejor. Este tipo de detalles era lo que en el fondo se buscaba con mi fichaje y creo que hice exactamente lo que Jorge necesitaba.
La siguiente prueba fue el Maspalomas, en la Playa del Inglés de Gran Canaria, rally que ganamos por delante de Ari Vatanen y su Escort RS, que también estaba patrocinado por Rothmans. Aquel triunfo fue importante y la siguiente victoria en el Rally CS de Bilbao, ante Zanini y su nuevo Talbot Lotus, nos situaba en una posición magnífica para liderar el campeonato.
Este triunfo en el CS fue especialmente importante. Llovió y en esas condiciones el Talbot Lotus volaba a manos de Zanini. Jorge estaba como atemorizado ante la reacción de Antonio, recuerdo que ambos estaban metidos en sus coches antes de los controles y allí, aguardando para fichar, solía comentar la jugada con mi hermano Jordi, que acompañaba a Zanini. Fue una carrera psicológicamente dura para Jorge, porque si bien la primera etapa la lideramos con diferencia en la segunda, con la llegada de la lluvia, se esfumó toda nuestra ventaja y eso ante un rival de esta naturaleza era difícil de gestionar.
Intenté ayudar en lo que pude a Jorge y los dos últimos tramos fueron de alta tensión. En Vivero hicimos un trompo y nos costó volver a poner el coche en el sentido correcto, de modo que todo se jugaba en Zarátamo, un tramo difícil y virado, con grava, ahí nos concentramos a fondo y logramos ganar con una gran expectación por parte de todos en el control stop. Vencimos por 21”, que no está mal, pero el esfuerzo y la tensión fueron supremos.
La siguiente carrera –y victoria– fue en el Luis de Baviera, que también lideramos de principio a fin y de nuevo ante Zanini, continuando la racha en el Sierra Morena. Éramos claros líderes del campeonato y el funcionamiento nuestro y del Stratos eran óptimos, el título estaba a tiro.
En Orense no fuimos y ganaron por primera vez ese año Beny y su Porsche, el rival contra el que batallaríamos por el título. Hasta que llegó el accidente del Rioja. La carrera logroñesa fue un mano a mano con Beny, siempre a escasos segundos. Ya en un tramo tuvimos un susto enorme al encontrarnos una máquina de campo en sentido contrario, pero lo salvamos yéndonos a un prado, sin consecuencias. Viéndolo ahora, el segundo puesto nos hubiera ido de perlas para sumar puntos, pero en carrera uno aspira a ganar y más tras la racha que estábamos viviendo.
El caso es que había tres tramos que debían afrontarse con la misma monta de neumáticos ya que no había posibilidad de cambiarlos, dado que las carreteras no tenían enlaces al final de los tramos para situar las asistencias, de modo que montamos gomas duras y nos dispusimos a afrontarlos. No sé porque, pero tuvimos que esperar casi 10 minutos para salir al primero de los tramos y las gomas se enfriaron. El tramo se llamaba Anguiano, salimos rápidos y la carretera recuerdo que era mala, con baches y desconchados. Al final de una curva a la derecha salimos un poco descolocados debido a un súbito cambio de asfalto y a un bulto que había en el asfalto, donde el coche derrapó. Jorge corrigió pero ya no pudimos hacer la izquierda siguiente, golpeamos duramente de mi lado contra un poste y caímos montaña abajo dando tumbos hasta quedar al final de un importante desnivel encima de una piedras.
Con una oscuridad y silencio totales y adoloridos por los golpes, bajamos del coche como pudimos y de repente nos dimos cuenta que estábamos metidos en la orilla de un río. Empezó a bajar gente pero no tengo constancia que viniera ningún servicio médico, los rallyes de antes no eran como los de ahora. Sí me acuerdo que al quedar claras señales en la carretera de nuestra salida y del consecuente golpe contra el poste, Serviá y Brustenga pararon y me acuerdo perfectamente sus gritos: “¡Jorge! ¡Víctor! ¿Estáis ahí?”. Como pudimos les dijimos que estábamos bien y continuaron, alertando al control de final de tramo.
No se quiénes eran pero apareció por ahí un Simca 1200, que sus ocupantes adecuaran como improvisada ambulancia y nos tumbamos en los asientos traseros abatidos. Ya en el hospital se detectó la rotura de un tobillo de Jorge y de un dedo del pie en mi caso. El rally lo ganó Beny, por lo que el título seguía abierto y nosotros no reapareceríamos hasta el Rallye El Corte Inglés, en octubre. Jorge andaba con muletas y tuvo que hacer un gran esfuerzo para poder terminar el rally. Sumamos pocos puntos pero Bagration volvía a pilotar y aunque no fuera el mismo al volante sí estaba en condiciones de defender un título que deseaba como pocos.
En Tenerife nos retiramos y ambos rallyes de las islas los ganó Beny, lo que ponía más presión. En el Sachs de Bilbao acabamos terceros y en el Catalunya, segundos, tras una gran lucha con Genito, que fue el ganador, Beny y Zanini. Ese segundo puesto nos dio matemáticamente el título. Jorge estaba muy satisfecho y ya sin el gran peso de encima que suponía ver amenazado un título que tanto deseaba y por el que tanto había luchado. Se retiró de los rallyes con el objetivo cumplido y yo alcancé mi primer título, el segundo llegaría un año más tarde en este mismo rally, pero esto ya es otra historia. Mi recuerdo de esta campaña con Jorge y el Stratos es de los mejores que guardo de mi carrera como copiloto”.
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5 de mayo de 2021