Por Josep Autet.
Fallecido a los 63 años el 16 de enero de 2008, Jorge de Bagration dejó tras de si un prolífico palmarés en el que destacan victorias y títulos con monoplazas, biplazas y coches de todo tipo, y tanto en circuitos, como en montaña y rallyes. Bagration era un piloto polivalente con medios y contactos suficientes para competir en condiciones, que se esmeró a tope para conseguir con su propio esfuerzo y talento los mejores logros posibles. Y lo consiguió.
No queremos hacer una glosa de toda su trayectoria, Bagration merecería tener una biografía detallada donde los que han sido críticos con su persona pudieran entender el mérito de sus logros y así nuestro automovilismo, de paso, podría hacer justicia a uno de sus grandes. En la modesta ventana que es nuestro facebook (y por cercanía también twitter) queremos comentar de un modo resumido su título de rallyes de 1981 –su segundo y último gran título en esta disciplina tras el logrado en 1979–, campaña en la que de protagonizar una racha de continuos triunfos pasó de golpe a la amargura de sufrir un terrible accidente con lesiones y a ver como su principal rival se acercaba al liderato sin poder él defenderse en condiciones.
Seguro que nadie de la dinastía georgiana de los Bagrationi hubiera pensado que en 1944 nacería un piloto de carreras, de chaval pilotando motos y a partir de 1963, coches. Para poner en escena el último título de Bagration en rallyes es necesario rememorarse a las temporadas de 1966 y 1967 en las que ganó numerosos rallyes, haciéndose famoso, entre otros vehículos, al volante de un Lancia Fulvia HF 1.3 con el que dominaba la categoría de Turismos, que le dio un título en la categoría.
Su paso a los circuitos le ocupó prácticamente 8 temporadas, con títulos en pista y en montaña. Bagration fue un auténtico as con los vehículos Sport y también en Turismos, casi siempre con los logos Calvo Sotelo y a menudo en compañía de Alex Soler-Roig, uno de los pilotos con los que más sintonizó.
Pero el título de rallyes de 1981 en el que hoy y mañana nos queremos centrar empezó a fraguarse en 1975, cuando Jorge de Bagration, sin medios para seguir compitiendo en el contexto de los biplazas a nivel europeo, orientó sus objetivos de nuevo a los rallyes. De 1975 a 1981 Bagration corrió siete temporadas seguidas en el Campeonato de España de Rallyes, siempre con Stratos HF, logrando éxitos relevantes, dos títulos absolutos, otros dos subcampeonatos y vivió alegrías y reveses por partes iguales, entre estos una tragedia que conmocionó a nuestro deporte.
Tras un 1975 de contacto con la especialidad y el Stratos, en el que logró un par de buenos resultados en pruebas puntuables y dos victorias en carreras menores, acompañado siempre por Ignacio Lewin, en 1976 acabó 3º del nacional de rallyes logrando dos grandes triunfos, RACE y Catalunya, todo el año con Manuel Barbeito de copiloto. Al año siguiente se impuso en otros dos rallyes, Montseny-Guilleries y Fallas, y finalizó segundo en el Costa Brava, pero en el Luis de Baviera viviría un auténtico drama a raíz del fuerte accidente que sufrió y que se llevaría la vida de Manuel Barbeito. Un suceso durísimo que era como para no seguir, pero Jorge regresó y además ese mismo año. Le acompañó a partir de ese momento su futura esposa, Núria Llopis Oliart, que le dio la fuerza necesaria para continuar compitiendo, acabando el año con victoria en el Rallye Shalymar.
En 1978 vuelve a la carga con Núria Llopis y aunque no puede con la potencia de Zanini y su Fiat 131 Abarth logra el subcampeonato con buenos resultados: victorias en los rallyes Rioja, Orense y Costa del Sol, segundos puestos en Fallas y Luis de Baviera y tercero en el RACE y Cataluña.
1979 es el año en que obtiene su primer título de rallyes absoluto, facilitado por la floja temporada de Beny Fernández y su 131 oficial. Ganó nada menos que 8 rallyes: Maspalomas, Montseny-Guilleries, Fallas, Luis de Baviera, Rioja, Orense, RACE y Shalymar, ¡ganó todos los rallyes que acabó!
En 1980, ya con patrocinio de Rothmans, volvió a tener delante a un rival llamado Zanini, que sumaba los puntos de los rallyes que disputaba en el extranjero en su campaña a la caza del mítico Campeonato de Europa. Bagration terminó de nuevo segundo pero su temporada fue muy buena con victorias en Alicante, Luis de Baviera, Rioja, CS, Tenerife y Shalymar y tercer puesto en el RACE.
En tres rallyes de 1980 estuvo acompañado por Juan Petisco y para la siguiente campaña, en aras a profesionalizar más el programa, se fichó a un copiloto de elite: Víctor Sabater. El título era el único objetivo de Bagration y Rothmans y a eso se dedicaron todos los recursos. Y aunque el título se logró, en realidad fue un año de luces y sombras, con una primera parte extraordinaria con victorias en Maspalomas, CS, Luis de Baviera y Sierra Morena y segundo puesto en el RACE, pero con una segunda parte que transcurrió en el filo de navaja a consecuencia de un pavoroso accidente sufrido en el Criterium Rioja.
Las lesiones de Jorge y Víctor por fortuna no fueron graves pero les hizo estar en el dique seco algunos meses, el Stratos resultó destrozado y Beny Fernández y su 911 fueron sumando puntos hasta erigirse amenazadores por detrás. En la crónica de Víctor Sabater de mañana quedarán claros los detalles, únicamente hacer notar que Bagration ya no fue el mismo esa temporada aunque logró salvar el título in extremis gracias a su pundonor y a un gran segundo puesto en el Catalunya, además de un tercero en el Sachs-Bilbao.
Jorge de Bagration se retiró de los rallyes en 1981 con el título que tanto perseguía aunque prolongó su carrera deportiva un año más para vencer en 1982, con el mismo Stratos, el Campeonato de España de Velocidad, un campeonato que dominó casi sin oposición pero que le permitía dejar los coches desde lo más alto.
Jorge de Bagration y de Mukhrani fue un gran piloto y además, por lo que nos contará Víctor Sabater (su último copiloto), una persona correcta aún con la presión que se soporta dentro de un habitáculo de carreras. Quien esto escribe le llegó a conocer personalmente a mediados de los 80, ya retirado y siendo responsable de comunicación de Fiat Auto España. Aunque habrá opiniones para todos los gustos, para mi en efecto era una persona de trato agradable, que entendía el trabajo de la prensa y que lo facilitaba.
En el Salón del Automóvil de Barcelona de 1993 me llamó un día para algo concreto de las jornadas de Prensa, hablamos y arreglamos el asunto y le pedí un rato de su tiempo el día del salón para tener un breve encuentro en la sala de Protocolo de Fira de Barcelona. Accedió y llegado el día Albert Gimeno (en su época de motociclista “Squalo Alberto”), aquel año director del certamen, le recibió y los tres tuvimos un rato bien agradable recordando viejos tiempos de carreras. Cualquier detalle es importante para honrar la memoria de un grande de nuestro deporte.
Josep Autet
© JAS Info Service
4 de mayo de 2021