Por Celso Curiel.
¿Que qué sensaciones recuerdo de aquellos míticos circuitos urbanos? Muchas. Y todas, extraordinarias. Por mi experiencia en la Copa Nacional Renault 8 TS, la primera y gran fórmula de promoción de velocidad en circuito de este país, pionera de otras que vinieron a continuación y de las que han salido grandes pilotos, puedo decir desde mi humilde opinión que lo que más destacaría de mi paso por la misma fue que siempre lo hice lo mejor que pude, aunque sinceramente no disponía de medios económicos que me permitieran entrenar. Sólo existía el Jarama y rodar allí era muy importante en aquellos tiempos en los que todos aprendíamos en cada metro de carrera.
En mi caso particular tenía un coche de segunda mano que compré con un montón de km, al que puse unas barras y poco más y debuté con él en 1973, en concreto en la primera prueba del Jarama, que se celebró a mitad de marzo. Mi fogosidad al final de recta, con una curva de doble radio que se iba cerrando y que tracé sin levantar el pie, hizo que la pasara cambiando de 4ª a 3ª (el R8 TS solo tenía 4 marchas) y era tanto el optimismo de mi escasa experiencia que volqué a la salida del viraje, recorriendo unos cuantos metros con el coche al revés. Eso me lastró el resto de la temporada, pues tuve que costear toda la reparación.
1974 fue un año complicado pues en la mayoría de las pruebas no conseguía clasificarme, había 40 o más inscritos y en el Jarama solo pasaban a la carrera, como mucho, 30 o 35 coches. Para mí fue un año muy importante por el aprendizaje ya que en el siguiente, que sería mi última temporada –ya que no se permitía correr más de tres años la Copa–, fue cuando obtuve mis mejores resultados.
Afortunadamente la temporada 1975 fue otra cosa y en la 4ª prueba obtuve un gran resultado, el 5º puesto en Alcañiz (*), una pista como sabemos urbana donde las fuerzas se igualaban con los pilotos madrileños de la Federación Centro, que iban muy entrenados por disponer del Jarama para rodar y con los que había verdaderos piques. Aquel mismo año terminé 10º en la 7ª carrera del Jarama y a final de temporada me clasifiqué 15º, lo que considero un buen resultado aunque es evidente que hubiera querido quedar más veces entre los diez mejores.
Aunque de esas luchas con los pilotos de Madrid, y en realidad con todos en general, guardo mis mejores sensaciones. Las más destacadas eran las que vivías bajando la Font del Gat o trazando a tope la ciega de Sant Jordi en busca del estadio de Montjuïc. O subiendo la curva del corcho; también una vez pasado el puente encarar la parte más rápida y la curva del pajarito, con el pie a fondo en cuarta, todo ello en Alcañiz, donde Fernando Gatius, que lo llevaba delante de mí, se fue directamente al río, afortunadamente sin consecuencias graves para él aunque el coche quedó para la chatarra.
Aquel año de Alcañiz acabé con la marca de los guardarraíles en toda la carrocería, pues en más de un vuelta tuve que "apoyarme" en ellos. Todo eso fue la forma de demostrarme a mí mismo que cuando salíamos del Jarama todo se igualaba. Por ejemplo Carlos Villena, líder del campeonato con un coche de Bendibérica preparado por Villacieros, me comentó al finalizar la carrera que no conseguía acercarse a mi coche y que incluso iba perdiendo distancia respecto a mí, felicitándome porque sabía muy bien que mi TS no era de los que corrían más.
Ojala nos hubieran dado más trazados como el de Alcañiz, Montjuïc o Cartagena. En cualquier caso y en retrospectiva he sido un privilegiado al poder correr en esos circuitos de aquella época tan corta como intensa, que me permitían competir con más igualdad respecto a mis rivales que cuando lo hacíamos en el Jarama, ya que al no tener posibilidad de entrenar regularmente allí no se arriesgaba lo necesario.
En el Jarama de ese mismo año 1975 también logré otro buen resultado y además tras una experiencia muy bonita. Resulta que Luis Sagnier, alias “Mr. Pub 2’40”, con quien tenía una buena amistad, me invitó a correr las 3 horas nacionales Renault 8 TS, que se disputaron una vez finalizada la Copa. Para mí era una gran oportunidad de despedirme del TS por cuanto llevaba tres años compitiendo en la Copa Nacional y no podía seguir haciéndolo. Lo más interesante es que el tercer piloto era nada menos que Juan Fernández, íntimo de Luis. Yo marqué el mejor tiempo de entrenamientos de los tres y me acuerdo que Juan tenía un gran enfado al acabar las tandas pues no entendía que tanto Luis como yo les sacáramos casi 2” por vuelta. Nos decía que él la ciega de arriba no se veía hacerla a fondo, cuando con el Porsche la pasaba casi al doble de velocidad. “Claro”, le explicábamos a Juan, “¡es cuestión de ruedas!”, le decíamos, y se reía y se lo tomaba con muy buen humor, como gran campeón que era. Acabamos décimos de 35 coches, ¡que gran experiencia!
Me gusta tener la oportunidad de contar estas historias que explican mis experiencias al volante, en realidad la de uno más de aquellos jóvenes que sin saberlo estábamos abriendo camino a lo que han sido las fórmulas de promoción actuales. Podría explicar muchas anécdotas aunque desconecté cuando no pude repetir la TS. Luego me casé y me aparté, si bien sigo el deporte del motor y la velocidad.
A mis 73 años me dedico al atletismo máster, o sea, ¡el mundo al revés! Tengo varios récords de Cataluña y hasta hace poco el de la milla de España; fui subcampeón europeo de 10 km en ruta en 2021, prueba celebrada en Madeira, y he participado en el mundial de atletismo de este año 2022, celebrado en Tampere, Finlandia. Empecé a salir en carreras populares con 64 años y me federé en 2016 como medio fondista, siendo 2019 el año más fructífero ya que gané todas las pruebas de mi categoría y dos bronces en el europeo de 10.000 y 5.000, disputados en Venecia. Como podéis ver, de algún modo la velocidad sigue en mí.
Los pasados 15 y 16 de octubre participé en Estepona, Málaga, en el Campeonato de España de la Milla para defender el récord. Me quedé a una décima de mi mejor marca personal aunque terminé tercero y el domingo corrí los 10.000. Fui en cabeza hasta la mitad del recorrido pero tuve que regularme ya que salí muy fuerte y al final también terminé tercero.
No me importó perder el récord de España de la Milla, porque noto que personalmente no he perdido potencial y el atleta que me lo quitó es de los que han entrado este año en la categoría, 3 años más joven. El pasado fin de semana corrí en Pinto, Madrid, el primer Campeonato de España de 5 km en Ruta, una carrera perfecta en la que quedé subcampeón. Como diría, fui un joven que corrió en coches y de mayor lo hace en zapatillas.
Un saludo afectuoso a todos.
Celso Curiel Recio
Octubre 2022
(*) Acabar 5º una carrera de la Copa R8 TS en Alcañiz no era nada fácil ni producto de la suerte, sino de saber pilotar en un escenario muy delicado, tapar huecos, no cometer errores y aprovechar todas las posibilidades, esto es lo que supo hacer Celso Curiel aquel 31 de agosto de 1975.
Resumen de la carrera de la Copa R8 TS en Alcañiz’75
La carrera la ganó muy merecidamente Luis Verdú, que además de esgrimir una extraordinaria y segura conducción, estrenaba motor. En los entrenamientos, Verdú realizó la pole y Curiel un buen 8º puesto. Celso salió en la sesión de los números impares, en la que hubo abundantes toques de todo tipo, como también sucedería en la manga de los pares, incluso con algún vuelco. Todos esos incidentes no permitieron a casi nadie realizar una vuelta a fondo, siempre había algún obstáculo o coche parado en la pista que entorpecía la marcha.
Parecía que la lluvia haría acto de presencia en la carrera pero no lo hizo, lo que si pasó es lo habitual, golpes y vuelcos con trozos de coches por todos lados. Con un pilotaje “todo arrojo, todo perseverancia”, según las crónicas de la época, Curiel lograba contener a Villena y entraba quinto en una competición que dejó 10 coches destrozados o irreconocibles, Alcañiz era así…
En esta difícil carrera, y después de haber sido suplente de la misma los dos años anteriores, Celso Curiel alcanzaba su mejor resultado en la Copa R8 TS, un magnífico 5º absoluto. Aunque el líder de la TS tras la carrera de Alcañiz era Carlos Villena, el ganador de aquella Copa R8 TS de 1975 fue Ricardo García-Galiano (vuelta rápida en Alcañiz), seguido de Villena y de Mario Escat.
Clasificación Alcañiz'75
1-Luis Verdú, 31’58”96
2-Carlos San Antonio, 32’20”62
3-Rafael de Juan, 32’26”07
4-Ramón Codina, 32’36”77
5-Celso Curiel, 32’49”70
6-Carlos Villena, 32’58”13
7-Jesús Pareja, 33’13”87
8-José Luis Serrano, 33’54”07
10-Juan José Sanz de Madrid, 34’96”50