Historia: un Seat 1430 muy especial 



Por Antonio Zanini.

Este fin de semana se disputará, con epicentro en Reus y Salou, el nuevo Rally Catalunya – Costa Daurada Legend, cuarta prueba puntuable para el Campeonato de España de Rallyes de Vehículos Históricos (CERVH) y puntuable también para el Campeonato de Catalunya de esta especialidad, en ambos certámenes, tanto en Velocidad como en Regularidad.

En la caravana de coches estará situado –con el nº 85– un coche muy especial: un Seat 1430 de 1970 y, a su volante, una persona también muy especial: Antonio Zanini. Como es bien sabido, el pluricampeón y Seat tienen una larga y exitosa trayectoria en común. Rallyes, coches, victorias y títulos jalonan la trayectoria de este dúo de los 70 que, de algún modo, va a estar de nuevo relacionado durante unas horas por voluntad personal de AZ.

Valga pues este texto, elaborado con declaraciones de Zanini, para verificar una vez más la inquietud de un fuera de serie, enamorado del automovilismo y su épica. Lean, lean, a nosotros nos encanta publicar textos así…

“Vamos a ver. Si el Rally Catalunya–Costa Daurada tiene interés en que de nuevo estemos en la salida y habiendo sido yo piloto de la Sociedad Española de Automóviles de Turismo, ¿qué hay mejor que salir al rally con un vehículo singular, muy singular, de la marca?”.

“Sin duda habrá poca gente con la memoria suficiente para trasladarse a 1970 y saber de qué va el asunto. Vamos a recordarlo pues. Aquel año 1970, entre abril y mayo (en realidad durante un mes entero), se disputó una prueba enorme que hoy en día ni por asomo se le ocurriría hacer a nadie. Fue el rallye de la Copa del Mundo entre Londres (estadio de Wembley) y México City, organizado por el diario Daily Mirror en colaboración con el RAC británico. Todo eso se hizo para conmemorar la Copa del Mundo de Fútbol que iba a empezar en la capital mexicana pocos días después de que llegara el rally, el 27 de mayo”.

“En esa carrera participaron casi 100 coches con pilotos y marcas de renombre, de lo mejorcito en la época, y ganó un tal Hannu Mikkola con un Escort Mk1 oficial, pero de nada de eso va hoy el tema. Lo que nos interesa es que uno de los participantes en este maratón fue el equipo español compuesto por Carlos del Val y Jaime Lazcano. Resulta que Del Val, aventurero ya antes de que se presentara al París-Dakar con un camión Pegaso, y visto que la prueba tenía una etapa que circulaba por España, consiguió seducir a la Seat (la de aquella época, claro) a participar con un coche de la casa”.

“Una vez convencidos los dirigentes de la marca, le fue facilitado a Carlos del Val un Seat 1430, convenientemente de serie, que el propio piloto adaptó de un modo más visible que profundo, equipándolo de una espectacular reja protectora en el frontal con faros supletorios también protegidos, un pesado protector de cárter, levantó la suspensión delantera y acopló dos depósitos de gasolina, uno a cada lado del vehículo, así como una especie de chimenea en el tubo de escape para evitar que entrara agua en el vadeo de ríos. Con este conjunto, provisto de sus correspondientes cubiertas General Sprint-Jet y un foco extra Cibié en el techo, que el acompañante movía a discreción, salieron ambos a la aventura. Y de ayudas, la de Calvo Sotelo y los proveedores de material, poco más”.

“Hay que tener mucha moral para intentar un desafío de esta envergadura tan poco provistos de garantías para superarlo, pero así de osado era Carlos del Val. Para tener una mínima cobertura de asistencia durante el evento, se llegó a un acuerdo con el equipo ruso Moskvitch. Esta marca soviética participaba en la carrera con diversas unidades Moskvitch 412, una berlina con motor de 1.500cc, y aceptaron prestar ayuda al equipo español si la precisaba, a cambio de que éste les facilitara una especie de “roadbook” del recorrido europeo, ya que Carlos del Val había ido a “entrenar” el itinerario. Esa fue la auténtica realidad: un Seat 1430 cien por cien español, asistido por los rusos de Moskvitch”.

“A esas alturas de la película, es bueno hacer notar que el total del rally superaba los 26.000 kilómetros, con salida desde Londres y dando a continuación una vuelta turístico-deportiva por Europa hasta Budapest, Belgrado y Sofía y, de allí, recorrer el sur del continente por Skopie, Dubrovnik, Trieste, Venecia, Monza, Sanremo, Toulouse y Pau, para entrar en España por el puerto de Somport, cruzar Canfranc y dirigirse a Burgos, Valladolid, Salamanca, paso de la frontera a Portugal y embarque en Lisboa. Total, que aún no estaban en Sudamérica y ya habían recorrido 7.000 kilómetros de nada. Todo este itinerario se hizo por etapas durante varios días y estaba debidamente controlado por un tiempo impartido que los equipos tenían que realizar. Si entrabas antes de ese tiempo sumabas 0 puntos, pero si lo hacías más tarde de lo estipulado penalizabas por cada minuto de retraso. El ganador penalizó más de 8 horas…”.

“El desembarco en Sudamérica se hizo en Río de Janeiro, Brasil, tomando luego rumbo sur hasta Uruguay, país en el que entraron por Rivera finalizando etapa en Montevideo. Después el rally entró en Argentina y siguió rumbo sudoeste hasta Bariloche, en Chile. Pero nuestros héroes no llegaron a ver el Pacífico, ya que en algún lugar de la Pampa próximo a la frontera chilena rompieron el coche en un salto y allí terminó la aventura del Seat 1430. Y de Carlos y Jaime, claro. Lo que debió ser otra aventura fue repatriar el coche a España, eso no sé cómo funcionó, pero el caso es que el coche llegó”.

“Muy al inicio de mi época en Seat, recuerdo que este coche se utilizó como muleto de entrenamiento en algún rally, antes de que Carlos del Val lo comprara a la Seat para que formara parte de su importante colección-museo en Andújar, donde estuvo expuesto varios años. Posteriormente esta colección, entre ellos el 1430 en cuestión, pasó a ser propiedad de la empresa Desguaces La Torre. Los asuntos económicos no debieron funcionar bien y los coches, el 1430 entre ellos, fueron subastados por Hacienda. Es en este punto cuando el 1430 y un AX de rallyes fueron comprados por Teo Martín, su actual propietario”.

“No sé, a mi me parece que en un rally de clásicos hacer salir un automóvil tan singular y desconocido tiene su razón de ser. Si las cosas no se recuerdan y valoran estamos apañados. Mi agradecimiento a Teo Martín por su gesto y al RACC por la logística en traerlo (y devolverlo, claro).

En Salou nos veréis rumbo a cuantos más kilómetros podamos hacer, mejor. Ya me diréis que os parece, saludos”.


© Antonio Zanini
4 de junio de 2024
JAS Info Service

Raimon d'Abadal, 29 • 08500 Vic | 938 852 256 | jas@jas.es