Por Josep Autet.
Escribo estas líneas el día de Nochebuena, siempre que he participado en algún rally en los últimos tiempos he escrito algo al respecto. El año pasado disputamos con Jordi Ventura el Andorra Winter Rally dos días antes de Nochebuena, este año ha habido cinco días de margen entre el RallySprint RACC y la noche de Navidad. La verdad es que históricamente el automovilismo a menudo ha apurado el calendario de diciembre para disputar sus últimas competiciones. Pero lo de este año ha sido distinto, había muchas ganas de disputar por fin un rally y mandar a la porra el alud de anulaciones, prácticamente obligadas, que se han sucedido semana a semana. Y el resultado ha sido bueno.
Jordi quería sacar su Sierra RS Cosworth pero, riguroso con la competitividad de sus mecánicas como siempre, prefirió alinearse con el Golf GTI al juzgar que al Ford le faltan aún un par de toques para hacerlo tan competitivo como se espera. Y eso que a priori la carrera del Circuit se presentaba posiblemente más adecuada para el Sierra que para el Golf. Me gustaría dar mi opinión sobre el RallySprint, con el conocimiento que da haberlo disputado y también con la perspectiva de los días que han pasado desde su disputa. Opiné en su día, nada más saber de su convocatoria en boca de Aman Barfull, y le dije que era un acierto, ¿por la sequía de la pandemia o por la idea en sí? Por las dos cosas.
Celebrar un evento dinámico para cerrar la temporada es una buena idea y más teniendo un marco tan cómodo como es el Circuit de Barcelona-Catalunya. No existía hasta ahora nada así y en mi opinión –tal como se suele decir– ésta feliz realidad ha llegado para quedarse. Que después de meses de cancelaciones o de hacerse pruebas casi clandestinas se haya propiciado este éxito no se puede obviar, porque es cierto, pero en mi opinión un evento así, con un poco más de atrezzo y dimensión, puede convertirse en la gran fiesta de final de campaña.
Ya a nivel puramente deportivo, nuestra actuación en el RallySprint RACC la considero buena, Jordi también es de esta opinión, por mucho que para un par de tipos exigentes y autoexigentes como somos, siempre estemos mirando qué se podía haber mejorado para limar esos segundos que, quizás, nos hubieran permitido mejorar una plaza a lo sumo. Viendo la clasificación, no creo que más.
Lo que es cierto es que si en las rectas y obviamente en el veloz trazado del autódromo se echaba en falta claramente más velocidad, en las partes sinuosas, estrechas y con piso roto la agilidad del Golf era todo un acierto. No tengo nada claro que el Sierra nos hubiera permitido ir más deprisa en esas zonas difíciles.
La primera pasada (11,3 km) estaba húmeda y muy deslizante, lo que unido al escaso conocimiento que nos daban las notas tomadas en una única pasada de reconocimientos, era todo un desafío. En la segunda pasada todos estos inconvenientes fueron desapareciendo, pero fue en la tercera, con todo a punto y con una monta de neumáticos claramente más racing, cuando logramos en mi opinión un gran registro. Ese era nuestro papel, más por la sensación de efectividad personal que nos daba a ambos nuestra actuación a la conclusión del tramo, que por el tiempo en sí.
Jordi Ventura es un talento nato, sabe de igual forma atacar a fondo y ser muy eficaz por poco que su seguridad al volante se lo aconseje, como ser algo conservador si las circunstancias no están a su favor. Eso no es nada revolucionario como concepto, pero sí difícil de aplicar adecuadamente si no fuera por la inteligencia y serenidad con que veo siempre pilotar a Jordi Ventura. Es una delicia –siempre lo he dicho- verle conducir a fondo en auténticos tramos de rally como pueden ser La Roca o La Trona, por poner un ejemplo, y como lo eran también las zonas derivadas de la unión de viales, accesos de servicio y carreteruchas semi rotas del Circuit.
Un Golf bien construido tiene eso. Con las notas más bien “aproximadas” que nos permitió tomar la organización, un buen piloto como Jordi podía aportar el resto con seguridad por poco que, pasada a pasada, mantuviera en su retina algunas de las zonas realmente complicadas que se presentaban por delante y que es donde se podía correr más.
Un 8º y primero en Históricos-3 es un buen resultado, ¿podíamos haber limado los casi 16” que nos sacó el coche de delante? Contundentemente sí, le ganamos en dos tramos (el 1º y el 3º) y el nos ganó –por mucho– en el 2º. ¿Tiene eso alguna importancia ahora? ¡Ninguna! Pero ese espíritu de buscar donde se puede o se podía mejorar es lo único que hacer avanzar a los practicantes de una actividad mecánica y de equipo como son los rallyes, ¡aunque se ronde la sesentena!
Gracias por haber llegado hasta este párrafo final. Ahora toca pasar estos días semi-festivos del mejor modo. Menudo año 2020, repasad correlativamente y con detenimiento todo lo que os ha pasado y habéis vivido, nunca volveremos a tener un año así, por mucho que 2021 será también, con toda seguridad, muy difícil. No obstante, estoy convencido que tendrá un cariz diferente porque lo afrontaremos de un modo muy distinto a como nos taladró el que está a punto de terminar. Dicen que la vida es cambio. Ya que nada volverá a ser igual tras esta rotura con la rutina y con todo lo conocido, yo creo que hemos cambiado y somos distintos. Todos tenemos que ser conscientes de ello y obrar en consecuencia. El tiempo pasa ¡y no hay tiempo que perder!
Feliz Navidad y lo mejor en este nuevo rally que en una semana vamos a empezar.
Josep Autet
24 de diciembre de 2020