“Para mi correr el Rally Lloret de Mar fue como una desintoxicación”.
Brigitte Saurí Basi, 31 años, copiloto catalana con una trayectoria aún corta pero muy intensa y exitosa, empezó en los rallyes en 2013 y ha ido avanzando hasta convertirse en la campeona del Volant RACC 2019, a la derecha de Luka Larrosa. La pareja hizo una brillante primera parte de 2019 a bordo de su Peugeot 208 1.2 PureTech, dominando en los rallyes de asfalto para alzarse con el título en la penúltima prueba del curso, convirtiéndose en la mejor dupla de la temporada. La situación actual ha truncado sus planes deportivos, además de encontrarse en un punto delicado a nivel profesional. Brigitte Saurí explica como lo está viviendo:
“Es un momento muy complicado para todos. En mi caso, cuando empezó la situación actual acababa de quedarme en el paro. A finales de enero se terminó mi contrato temporal y estaba buscando trabajo antes de que se detuviera el mundo. Estaba inmersa en procesos de selección que por lo que me han dicho no seguirán hasta septiembre, llevo así ya más de dos meses y los días de paro van contando, consumiéndose la prestación sin poder hacer nada”.
“Tras ganar el Volant RACC este año queríamos competir con nuestro Peugeot 206 de grupo A en las carreras económicamente factibles, con la intención primordial de disfrutar de los rallyes que nos gustan. Queríamos tomarnos esta temporada más por libre y aprovechar el hecho que nos otorga el RACC de ser pilotos prioritarios”.
“Veo muy complicado que se pueda disputar alguna carrera más. Es verdad que hay pruebas que siguen en el calendario para después de verano, pero creo que será un año perdido para todos. Las ayudas también es difícil que se pasen a 2021, así que ya veremos qué podemos hacer. Lo ideal sería poder competir a nivel nacional, la vida da muchas vueltas y ya veremos donde estamos el año que viene, pero está comprobado que si no tienes un padrino no puedes avanzar. Los tres factores esenciales son: dinero, padrino y que el trabajo te lo permita. La situación actual de los rallyes no sólo está afectada por el coronavirus, nuestro deporte ha cambiado muchísimo, antes había más afición, menos costes y más implicación por parte de entidades y patrocinadores. No veo ni ganas ni voluntad por comprender qué es este deporte”.
“Este año solo hemos podido disputar el Rally Lloret de Mar, fue el primero de la temporada y el último, pero la verdad es que fue un señor rally. Además de sus características y sus tramos míticos, para nosotros a nivel personal fue una carrera de desconexión, ya que veníamos de competir en el Volant RACC, que es una escuela de conducción y una oportunidad brutal, ya que competimos todos en las mismas condiciones con el mismo coche y la única manera de ganar es con esfuerzo y trabajo. Eso sí, te hace estar en un constante rol al 100% de competitividad, está claro que también disfrutas, pero lo haces cuando los resultados finales son buenos y, en mi caso, esto me hizo olvidar que para mi correr es un hobby”.
“En este sentido, el Rally Lloret de Mar fue una desintoxicación de toda esta presión, de volver a disfrutar, volver a reírnos, de pasárnoslo bien. No pudimos acabar porque pinchamos dos neumáticos en un mismo tramo y tuvimos que abandonar, pero la verdad es que fue una dosis de alegría, de ver que hasta ese momento lo estábamos haciendo bien y ganando a pilotos importantes, así que el resultado para mi fue muy satisfactorio”.
“A nivel físico estoy intentando hacer más deporte, sigo una rutina de ir a correr, moverme dentro de lo posible y sobretodo lo que más hago es meditar. Además, he aprovechado estos días para formarme mucho, estoy siguiendo cursos de inteligencia emocional, creo que es algo muy interesante para conocer y gestionar las emociones y, así, poder dirigir mejor nuestros pensamientos y acciones. También he hecho formación en logística, algo en lo que siempre he trabajado, y un curso de inglés”.
Guiomar Rovelló (25 de mayo de 2020)
JAS Info Service
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