Por Josep Autet.
Completamente olvidado por el sector en el que estuvo implicado, primero como piloto motociclista y luego como dirigente ferial, el pasado día 8 de noviembre falleció a los 81 años de edad Albert Gimeno Bobes, quien fuera director del Salón del Automóvil de Barcelona entre 1993 y 2001 y, al mismo tiempo, subdirector general de Fira de Barcelona.
En su juventud, Albert Gimeno fue un asiduo participante en pruebas motociclistas catalanas bajo el seudónimo de “Squalo Alberto”, sigla la de los “Squalos” en la que se cobijaban numerosos participantes motociclistas de los años 60 y 70. La mayor parte de su trayectoria al manillar la realizó a lomos de Montesa Impala, en especial en rallyes de regularidad muy en boga en los años 60. Gimeno llegó a participar en las 24 horas de Montjuïc en las que finalizó dos veces sexto absoluto, en 1963 con “Squalo Eduardo” a lomos de una Montesa 175, y en 1965 con José Luis Aguilar con una Ducati 250.
Correr en Montjuïc para los jóvenes pilotos de los años 60 era el no va más, los talleres de motos de la ciudad hervían de actividad ante la llegada de la famosa carrera del circuito de la montaña. Además de otros buenos resultados en pruebas de carretera, Albert Gimeno terminó 4º en el Premio RMCC para motocicletas Sport de 1964, pero tras unos intensos años y alguna que otra caída dejó las motos como practicante. Muy unido al grupo de los “Squalos”, entre cuyos miembros estaban Mario Chavalera, Jordi Gual o ‘Pulgui’ Canela, Albert Gimeno entró definitivamente en el mundo laboral.
A principios de los años 80 fue contratado por Fira de Barcelona y en 1990 fue nombrado subdirector general por el presidente ejecutivo de la entidad, Enric Reyna, pasando en 1993 a dirigir el Salón Internacional del Automóvil, Vehículo Industrial y Motocicleta tras haber dejado su cargo Jaume Rodríguez Enrich. Gimeno fue director del certamen automovilístico hasta principios de 2001, año en el que vivió uno de los episodios más duros de su trayectoria profesional. Víctima del boicot en bloque con el que amenazaban las marcas importadoras de la patronal Aniacam, presidida en aquellos tiempos por el máximo responsable de Volvo, Germán López Madrid, al no estar conformes con el espacio físico en el que se les ubicaba en el recinto ferial de cara al inminente salón, el certamen entró en una crisis de alcance desconocido.
Tras unas semanas de gran tensión, Gimeno fue destituido dos meses antes de que arrancara el certamen y su puesto lo ocuparon interinamente otros directivos de Fira, además de solicitarse la ayuda de Enrique Lacalle, hijo del que había sido máximo dirigente del Salón años atrás, para intentar rehacer la convocatoria con sus contactos. In extremis, el salón salió de la crisis y remontó sus expectativas tras tocar fondo en unos tiempos en que la competencia del salón de Madrid era muy fuerte, lo que también influyó y mucho en la situación creada.
A pesar de ser un histórico de Fira, con dos décadas de trayectoria, Albert Gimeno fue fulminado por el recién nombrado director general, Josep Gual, y por el cisma de una parte importante de los expositores que de haberse materializado podría haber tenido graves consecuencias en una muestra siempre exitosa. Gimeno dirigía, además del Salón del Automóvil, los salones Expomóvil y Mercado del Vehículo de Ocasión y también había dirigido hasta diciembre de 2000 el salón Artexpo, sector en el que tenía una fuerte vinculación. Su salida del cargo se produjo apenas cuatro meses después de la llegada de Josep Gual a la dirección general de Fira, que presidía Jaume Tomàs.
El que esto firma había colaborado con Albert Gimeno y su equipo, encabezado por Antoni Trillo, en los años en que Gimeno dirigía el certamen. Firme en sus convicciones y serio en el trato, Albert Gimeno era alguien que se dejaba aconsejar cuando la confianza fluía. Recuerdo haberle propuesto con éxito bastantes ideas de comunicación y también en actividades en torno a la competición, un acercamiento deportivo que benefició la imagen de la muestra. Una de ellas fue la reinstauración de la histórica Copa Salón del Automóvil que se había disputado en el circuito de Montjuïc, nombre que lució en las carreras del CET cuando éstas se disputaban en los 90 en el Circuit de Catalunya.
Recuerdo especialmente uno de los encuentros que propicié. En el Salón del Automóvil de Barcelona de 1993, el primero de Gimeno como director, reuní en la sala de protocolo de Fira de Barcelona al entonces responsable de comunicación de Fiat Auto España, Jorge de Bagration y de Mukhrani, con Albert Gimeno, que le entregó la medalla del salón. Los tres, junto con un miembro del equipo de Bagration, vivimos un agradable rato recordando sus viejos tiempos de carreras.
Albert Gimeno falleció de modo repentino. La semana anterior había asistido a una de las cenas que los “Squalo” todavía a día de hoy celebran. Descanse en paz.
Josep Autet
JAS Info Service
