Por Josep Autet.
Los fastos, ya comentados en su día, que vivimos Antonio Zanini y un servidor en el pasado Rallye de Avilés Histórico y mi posterior participación en la carrera a la derecha de Jordi Ventura, hicieron que para mí esta prueba fuera muy especial. Para quien no los leyó en su día, al pie de este texto se encuentran tres links a otros tantos artículos que al respecto redacté en su momento.
Cuando las cosas alcanzan una determinada dimensión y uno toma consciencia que está viviendo momentos únicos, a veces surgen en la mente historias, casi elucubraciones esta vez, que apetece compartir. Estos pasados días, parapetado en la oficina junto al aire acondicionado que me permitía no fenecer de calor, se me ocurrió consultar –puramente por curiosidad personal–, la libreta de notas de aquel increíble Rallye San Agustín de 1984. 40 años después, el blanco papel del cuaderno ha cogido un tono tirando a amarillento aún cuando se conserva perfectamente. Y con las huellas del trabajo de aquella intensa semana de agosto bien visibles.
Ningún tramo de 1984 ha coincidido en 2024. Hemos pasado por la carretera de Santoseso pero no se puede comparar, ya que este año disputábamos la especial en sentido contrario al de antaño. Es en el fondo absurdo “darle la vuelta” a las curvas para de algún modo comparar sus dificultades al paso de las décadas, ya que además el tipo de asfalto y la propia anchura de la carretera no tienen nada que ver. Pero me he auto tentado de hacerlo (tener las dos libretas es muy goloso) y aunque no he llegado a ninguna conclusión (lógico), sí he sacado alguna constatación.
Aunque las anotaciones de uno y otro piloto tampoco son comparables, he hecho “coincidir” el final de este año de Santoseso con el inicio de este mismo tramo en 1984, lógicamente al revés, y me ha quedado claro que la superior estrechez, el peor estado del asfalto y la dificultad general de las antiguas curvas hacían al tramo más difícil y deslizante. Es con seguridad un ejercicio un tanto absurdo, repito, pero tomando como base las notas de Jordi Ventura de 2024 y girando las de Antonio Zanini de 1984, el recorrido –más o menos– cuadra.
La última curva de La Peral-Santoseso de 2024, una derecha media junto a una iglesia, era este año una 6- que debía trazarse yendo a buscarla un poco al fondo, mientras que la nota de 1984 (repito al revés, por lo tanto no era la última curva sino la primera del tramo) era una izquierda 5- tarde x dentro. Queda claro con ello que tanto en uno como en otro sentido hay que ir a buscar el punto de giro hacia mitad de la curva, vayas o vengas.
Antes del viraje en versión 2024 (y después del mismo en la de 1984, recordad) hay y había una larga recta de 100 metros según Jordi y de 110 metros según Antonio (70 hasta una señal triangular y otros 40).
En la curva izquierda anterior a esta recta, este año 2024 en bajada y en 1984 en sentido contrario y en subida, se puede comprobar de nuevo que la fisonomía de la carretera y el piso eran distintos cada año, aún cuando el trazado sigue prácticamente igual. En 2024 hemos enfocado una izquierda 6-, recorrido 10 metros y a continuación negociado una izquierda 8 (muy rápida) para desembocar en la recta de 100 metros anteriormente comentada.
En 1984, tras la recta de los 110 metros tocaba hacer una derecha 7k tarde larga frenando al final después de un cartel para cerrar a 5 ojo tarde por dentro. Es decir, antes la curva derecha en subida tenía un final muy acusado, posiblemente más estrecho y nada obvio a simple vista, ya que había que trazar bien y frenar antes del final. Este año 2024 (al revés, no lo olvidéis) la curva en cuestión es una izquierda muy clara y visible que empieza lentita para acabar muy rápida, dificultades más o menos iguales que antes.
Menudo alucine, ¿verdad? Una última nota antes de terminar: después (1984, subiendo) o antes (2024, bajando) de la curva anterior viene en 2024 una derecha 8 seguida muy pegada de una derecha 7 larga, 10 metros y una derecha 5. Anotada al revés en el sentido de 1984 por AZ nos encontrábamos con una izquierda 5 ojo tarde larga de 70 metros con final a 7 ojo larga de 30 metros. Es prácticamente calcado, con más información sobre la longitud de las curvas en 1984, pero en todo caso también queda claro que se trata de dos curvas que dependiendo del sentido en que se tomen tienen dos partes diferenciadas de distinta dificultad, con una corta parte intermedia casi recta entre ambas. Es decir y resumiendo, se empieza rápido y se cierra a lento dirección Santoseso y en aquellos tiempos empezaba lento para abrirse a más rápido dirección La Peral.
Constatación, que no conclusión: es el mismo trazado (eso ya lo sabíamos, anotaciones y matices de los dos pilotos aparte), pero el conjunto de la carretera AS-315 se ha mejorado ostensiblemente a lo largo de todos estos años. Ahí queda algo que posiblemente os traiga al pairo, pero Santoseso bien valía el ejercicio ¡por muy absurdo que haya sido!
Lo que queda claro al repasar notas de diferentes épocas es la importancia que siempre tienen las rectas, las rectitas, las curvas largas o las zonas veloces o susceptibles de ser cortadas porque son las que determinan como se enfoca la verdadera curva a la que te llevan. Por eso, sin parecerse en sus matices, las dificultades de esta pequeña porción de tramo tienen mucha similitud… 40 años después.
Tanto antes como ahora, la dificultad técnica de los tramos asturianos es notable. Actualmente, el “nuevo” Santoseso, aún siendo muy veloz, no tiene mucha complicación técnica, los otros tramos de Avilés tienen muchísima más, en especial Tamón–Serín y Ferroñes–Corvera, verdaderos rompecabezas con mil cruces y cambios de tipo de carretera, y también Grado–La Mortera, con varios ritmos enlazados que requieren una gran concentración. En todas esas carreteras y en cada paso que haces por ellas entrenando (o corriendo) descubres cosas nuevas.
Gracias por leerme… y aguantar este pequeño desvarío. Hasta pronto.
© Josep Autet
19 de agosto de 2024 (40 años después de Xagó-Endasa)
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• Avilés 1984 – 2024: https://www.jas.es/8286-19-53-noticia
Nota del autor
Gracias de nuevo a la Escudería Avilesina por organizar desde 1976 un rally tan notable como el de Avilés y por hacernos revivir este año una edición 1984 que fue inolvidable.
